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La vieja guardia del PSOE exige romper ya con el PSC

A Guerra, que ha pedido crear una 'alternativa socialista' en Catalunya, se suma Bono, que propone que el partido de Navarro solo se presente como tal a las autonómicas. Ambas formaciones tratan de normalizar su discrepancia so

IÑIGO ADURIZ

No hay margen para el acuerdo. Miembros de la vieja guardia del PSOE consideran que la nueva ruptura que se produjo ayer en el Congreso, donde los diputados del PSC volvieron a quebrantar la disciplina del Grupo Socialista al abstenerse para no votar en contra de una propuesta de UPyD contra el derecho a decidir, demuestra que no hay vuelta atrás. Que ambos partidos, hermanos desde hace más de tres décadas, deben poner fin a su relación y empezar a caminar cada uno por su lado.

La idea la llevan insinuando meses, en concreto desde que los socialistas catalanes incluyeron en su programa electoral el derecho a decidir. Pero hoy, sus palabras han vuelto a agitar las ya de por sí agitadas aguas socialistas. El primero en hablar a primera hora de la mañana ha sido el exvicepresidente del Gobierno y diputado Alfonso Guerra, que una vez más ha dicho que 'Catalunya necesita una alternativa socialista' al margen del PSC. Y es que, según él, 'hace mucho tiempo' que el partido de Pere Navarro dejó de ser un partido socialista 'porque se acerca a las posiciones nacionalistas'.

Ya por la tarde, el expresidente del Congreso José Bono se manifestaba en esos mismos términos antes de participar en unas jornadas sobre nacionalismo organizadas por la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca. Según han explicado a este diario fuentes cercanas al también expresidente de Castilla-La Mancha, Bono ha apostado porque su partido, el PSOE, llegue a una especie de acuerdo tácito con el PSC, de manera que los primeros concurran como tal en Catalunya en las elecciones generales, relegando a los socialistas catalanes, únicamente, a los comicios autonómicos.

'Hoy en día el PSOE tendría más votos que el PSC en Catalunya', ha querido añadir, no obstante, el histórico dirigente del PSOE. Porque a su juicio, la ciudadanía apuesta más por las posiciones 'más socialistas', que por la visión 'más identitaria'.

'La independencia es imposible y cabalgar hacia un imposible creará una frustración que se tardará en recomponer 20 años', dijo el lunes, por su parte, el expresidente del Gobierno Felipe González. Él abogó también por las tesis federalistas por las que apuesta la Ejecutiva de Alfredo Pérez Rubalcaba, y en contra del derecho a decidir que defiende el PSC, porque, dijo, 'la propuesta federal es a la que se terminará por llegar'. 'Si antes no rompemos el invento, algo que no se puede descartar tratándose de este país', matizó. 

Hoy, mientras tanto, ambos partidos trataban de restar importancia a la discrepancia que se volvió a poner de manifiesto ayer en el Congreso. Un diputado del PSC consultado por Público, aseguraba que la ruptura de la disciplina de voto que se dio ayer se había acogido 'sin mayor importancia' entre el resto de los diputados. Desde luego, 'con muchos menos problemas' que los que ocasionó su primer descuelgue del Grupo Socialista por el mismo tema, que sucedió en febrero.

Otro parlamentario socialista catalán negaba la responsabilidad de su partido en la reapertura de la herida entre ambas formaciones hermanas. A su juicio, 'la sorpresa' de ayer no fue la abstención de los diputados del PSC, sino el respaldo del PSOE a la iniciativa de UPyD, una vez que los socialistas han consensuado una postura propia sobre el debate soberanista, que fue la que se suscribió en el Consejo Territorial de Granada y que pasa por una reforma constitucional en clave federal.

Ellos y los diputados del PSOE reconocían, no obstante, que si ayer volvió a sorprender la diferencia de criterios fue por una 'falta de previsión' del Grupo Socialista, que no se planteó la posible discrepancia hasta que comenzó el debate sobre la moción del partido de Rosa Díez. Una vez constatada, y después de que el PSC rompiera la disciplina de grupo, la dirección del mismo tendrá que decidir ahora cuál será la sanción de los parlamentarios catalanes.

Desde la Ejecutiva federal se negaban a entrar en especulaciones. 'Cuando se decida, lo contaremos', explicaba un portavoz, que ha asegurado que no será por lo menos hasta la semana próxima cuando se reúna el grupo y tras escuchar las explicaciones de los diputados del PSC, decidirá cuál será la sanción. 

En febrero, la multa fue de 600 euros para cada uno de los parlamentarios, y en una decisión sin precedentes, la ruptura de la disciplina de voto supuso también la salida de uno de ellos, José Zaragoza, de la dirección del grupo. En cambio ahora, y a pesar de que esta nueva discrepancia ha supuesto un nuevo motivo de hastío hacia el PSC, algunos parlamentarios explicaban que el PSOE podría estar pensando en ni siquiera entrar a sancionar a los diputados con la idea de 'normalizar' esta diferencia de criterio respecto al derecho a decidir, que 'volverá a plantearse' siempre que lo quiera cualquier otro partido.

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