Vilalba cumplió con el ritual navideño de la venta de capones

La capital de la comarca luguesa de A Terra Chá, Vilalba, cumplió con la tradición de la venta de capones en la feria que desde las 9:30 horas de esta mañana se celebra en el aparcamiento de la plaza de la Constitución, hoy acondicionado como improvisado mercado.

Hubo menos capones que en otros años, se pusieron 1.000 a la venta, y mayor demanda de compradores, lo que repercutió en el precio final que supuso que por cada capón hubiera que desembolsar entre 90 y 100 euros, según reconoció a EFE el gerente de la asociación de criadores, Gonzalo Hermida.

Antes de las 8 de la mañana ya se habían acondicionado todos los capones que llegaron a la feria, unos 700 ya se habían vendido con anterioridad, en medio centenar de mostradores.

Los técnicos municipales procedieron a su sellado y un jurado seleccionó las mejores piezas.

Aurora Lozano, de Oleiros, logró el reconocimiento de "mejor criadora"; María José López de Lanzós se llevó el premio "al mejor par" y el de la "mejor cesta" fue para Carmen Aguiar de la parroquia de Goiriz.

Una hora después de la apertura ya se habían vendido en torno al 80% de los capones, que acabarán en mesas de nochebuena de toda Galicia, Madrid, Barcelona o incluso Bruselas, tal y como confirmó Hermida y atestiguaron dos empresas de mensajería que embalaban el producto cebado vilalbés, considerado por su alcalde, Gerardo Criado, "único en el mundo".

"Salieron capones como balas", afirmó Hermida ante un mercado "lleno de gente" y donde ahora se marcan el objetivo de conseguir que la consellería de Medio Rural otorgue al capón de Vilalba el próximo año la consideración "denominación de calidad".

Atrás quedaron 8 largos meses de procesado de cebado para presentar unos capones que este año tenían "mejor presencia", favorecidos por la climatología húmeda del verano y de falta de pluviosidad en otoño que les permitió mantener "una excelente calidad en su vida cotidiana", remarcó el gerente.