Este artículo se publicó hace 14 años.
Un violador acepta por primera vez en España someterse a la castración química
No recibirá ningún beneficio penitenciario por someterse a este sistema que combina el tratamiento farmacológico con el psicológico
Por primera vez en España un preso por violación ha aceptado someterse a un tratamiento de inhibición del deseo sexual que de forma pionera aplica en Catalunya la Generalitat. El preso, con alto riesgo de reincidencia, quedará libre en unos dos años al cumplir su condena.
En declaraciones a los periodistas, la consellera de Justicia, Montserrat Tura, ha indicado hoy que este preso, que actualmente ya está siguiendo un tratamiento psicológico intensivo en la cárcel, no recibirá ningún tipo de beneficio penitenciario por someterse a este novedoso sistema, que combina el tratamiento farmacológico con el psicológico.
El preso aún no ha empezado la terapia farmacológica para inhibir su deseo sexual, ya que ésta se inicia alrededor de ocho meses antes de que los reclusos que aceptan el tratamiento cumplan la totalidad su condena y queden libres.
Tura ha destacado que además de este primer preso, también hay otro recluso que cumplirá condena en unos tres años al que se le ha ofrecido el tratamiento y que ahora está siendo sometido a pruebas médicas para ver si el inhibidor -cuyos efectos son reversibles- le podría provocar efectos secundarios no deseados.
El preso no recibirá ningún tipo de beneficio penitenciario
La consellera Tura ya anunció el pasado mes de septiembre, cuando se presentó este programa pionero en España, que la intención de la Generalitat es que durante la próxima década alrededor de 40 presos por delitos sexuales graves se puedan someter a este programa una vez hayan cumplido toda su condena.
En concreto, para poder someterse a este tipo de tratamientos se tienen que cumplir unos requisitos muy determinados, como haber cometido delitos sexuales graves de especial singularidad (usando una gran violencia, sadismo o con víctimas menores), y presentar un gran riesgo de reincidencia al cumplir la condena.
Según ha precisado hoy la consellera, en estos momentos en las cárceles catalanas hay alrededor de 25 reclusos que cumplen los requisitos para poder llegar a seguir este programa cuando abandonen la cárcel durante los próximos seis o siete años. Tura ha insistido que este sistema no acaba al cien por cien con el riesgo de reincidencia, aunque ha defendido la bondad de la propuesta, que fue consensuada por un grupo de expertos.
Las asociaciones de mujeres, divididasLa presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Altamira Gonzalo, declaró hoy a Servimedia que "la castración química no es la panacea". Gonzalo señaló que si esta decisión se toma de forma voluntaria, no tiene "nada que objetar" porque, a su juicio, "podría ser un complemento a una firme decisión de no volver a delinquir".
Por otro lado, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, rechazó esta práctica porque, según añadió, "está más que demostrado que no sirve para nada". "Aunque la violación se efectúe materialmente con el falo, donde el violador gesta realmente la violación es en el cerebro y está demostrado científicamente que quienes se han sometido a la castración química han seguido violando con instrumentos más graves para la víctima", aseguró.
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