Este artículo se publicó hace 14 años.
Violencia generalizada en Abiyán mientras la Unión Africana trata de frenar la guerra
La violencia se generalizó hoy en Abiyán, donde los militares, que respaldan a Laurent Gbagbo, mataron al menos a once manifestantes seguidores de Alassane Ouatara e iniciaron un ataque contra el hotel donde ha instalado su sede, mientras la Unión Africana trata de frenar una guerra civil.
Según dijeron a Efe testigos presenciales, los incidentes empezaron a primera hora de la mañana y al menos siete manifestantes murieron debido a disparos de los militares y policías en el barrio de Abobo, tres en Adjame y uno Kumasi, en la periferia de Abiyán.
Más tarde, los militares, que apoyan a Gbagbo, que quiere seguir cinco años en la Presidencia, iniciaron un ataque contra el Hotel Golf de Abiyán, donde está la sede de Alassane Ouattara, reconocido internacionalmente como presidente electo de Costa de Marfil, y su primer ministro y líder de las Fuerzas Nuevas, Guillaume Soro.
Según pudo comprobar Efe en el lugar, los militares atacaron con armas pesadas el Hotel Golf, protegido por los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas y los "cascos azules" de la Operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), que no pudieron ocupar y se desconoce si hubo víctimas.
Las calles de Abiyán han quedado desiertas, se escuchan disparos y se ven columnas de humo en diversas zonas y la población teme la reanudación de la guerra civil que dividió al país entre 2002 y 2007.
En las barriadas periféricas de Abiyán, donde Ouattara tiene un amplio apoyo popular, grupos de jóvenes colocaron barricadas y reclamaron la salida de la Presidencia de Laurent Gbagbo, que pretende permanecer en el puesto pese al rechazo internacional.
Un número indeterminado de personas han resultado heridas de bala en las manifestaciones, según dijeron a Efe fuentes de varios hospitales de Abiyán, donde han recibido heridos de distintos puntos de la ciudad.
Las manifestaciones estaban convocadas para hoy y mañana por la Agrupación de los Hufuetistas para la Democracia y la Paz (RHDP), que apoya a Ouattara, para respalda a su primer ministro, Guillaume Soro, en su intención de ocupar la sede de la Radiotelevisión Marfileña (RTI) y la oficina del Primer Ministro.
Hoy mismo, el propio Ouattara, en una manifestación a los medios de comunicación en el Hotel Golf tras el ataque, pidió que siguieran las manifestaciones hasta obligar a Gbagbo a dejar la Presidencia.
Desde ayer, los militares tenían fortificados los edificios oficiales y cortado los accesos al barrio de Plateau de Abiyán, donde también está el Palacio Presidencial, ocupado por Gbagbo, pese a la petición internacional de que, tras diez años como presidente, se retire y admita la victoria electoral de Ouattara.
Tras la segunda vuelta de los comicios presidenciales, el pasado 28 de noviembre, la Comisión Electoral Independiente (CEI) dio como ganador a Ouattara con un 54 por ciento de los votos contra 46 de Gbagbo, unos resultados ratificados por la ONUCI.
Hoy mismo, una delegación de alto rango de la Unión Africana (UA) y de la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), encabezada por el presidente de la Comisión de la UA, Jean Ping, partió hacia Abiyán para tratar de mediar entre Gbgbo y Ouattara.
Antes de trasladarse a Abiyán, la delegación hará una escala en Abuya para entrevistarse con el presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, presidente de turno de la CEDEAO, que como el resto de organismos internacionales ha reconocido la victoria de Ouattara y exigido a Gbagbo que deje la Presidencia, al tiempo que suspendía a Costa de Marfil, algo que también han hecho la UA y la ONU.
El fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, advirtió hoy de que si la tensión en Costa de Marfil desemboca en violencia, ese tribunal procesará a los responsables.
Gbagbo, elegido presidente en 2000 para cinco años y que ha prolongado otros cinco su mandato debido a la guerra civil de 2002 a 2007, no ha aceptado su derrota en los comicios presidenciales y pretende seguir otro quinquenio en la Jefatura del Estado.
Ouattara y Gbagbo se invistieron presidentes y nombraron sendos primeros ministros y gabinetes, lo que ha generado una gran tensión en Costa de Marfil, cuya mitad sur está bajo el control de las Fuerzas Armadas, mientras el norte lo controlan las Fuerzas Nuevas.
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