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Vitali dice que el fascismo es uno de los períodos grotescos de la historia italiana

EFE

El escritor italiano Andrea Vitali, que acaba de publicar en España "La hija del corregidor", ambientada en un pequeño pueblo de la Italia fascista, considera que la época de Mussolini es "uno de los períodos más grotescos y ridículos" de la historia de Italia, a la altura de la mejor "opereta".

En una entrevista concedida a Efe, Vitali recuerda que "son pocas las novelas contemporáneas ambientadas en el período fascista, salvo alguna de Camilleri".

Justifica su atracción literaria por esos años por ser uno de los momentos "más grotescos y ridículos de nuestra historia, protagonizado por un fascismo burgués, pero al mismo tiempo un fascismo de hombres muy machos, que saltan por el aro de fuego como en el circo".

La innecesaria conquista de África es una muestra de "esos aires de grandeza" que Mussolini aporta al fascismo y que quedan ilustrados con una anécdota: "Uno de los puntos más altos de ese ridículo se produjo cuando Hitler visitó Roma y, para demostrar que tenía un gran ejército, Mussolini mandó dar vueltas y vueltas por la misma calle a los únicos 30 tanques que tenía".

Publicado por el sello Miscelánea, de Rocaeditorial, "La hija del corregidor" transcurre en 1931 en Bellano, la ciudad natal de Vitali y donde ejerce como médico de familia.

El desencadenante narrativo es un proyecto que impulsa Agostino Meccia, el alcalde, que pretende fundar una línea de hidroaviones que conecte Bellano, Como y Lugano, una empresa que dará prestigio a su administración y permitirá que los turistas lleguen a la zona.

Además de esta trama, Vitali maneja otros dos hilos narrativos, uno con la hija del corregidor, la caprichosa Renata, y otro con Gerolamo Vitali, un hombre de pocas luces que, como sucede en todas sus novelas, lleva el apellido del autor, que reserva este nombre para los personajes "menos inteligentes".

Vitali ambienta todas sus novelas en Bellano, "porque es el sitio que mejor conozco y me parece el teatro ideal para reproducir todas esas historias", es lo que el mismo autor denomina "la geografía segura", y aunque todas las novelas discurran en su ciudad natal, evita los elementos autobiográficos.

Aparte de la observación directa, a través de su profesión ha creado "un círculo de confidentes, generalmente mujeres, que explican muy bien las historias, dan más detalles y además están orgullosas de pertenecer a ese grupo privilegiado y de ver reflejadas sus revelaciones en los libros".

"La hija del corregidor" está escrita con la voz de un narrador en tercera persona, pues no le gusta la primera persona, ni siquiera como lector: "No me acaba de llenar y me parece una excusa para trabajar menos el libro".

En la literatura de Vitali destaca su estilo de frase corta, a veces una palabra por línea, como si fuera el verso de un poema: "Con esa forma breve y precisa intento captar la atención del lector y evitar ahogar el relato principal y que el lector cierre el libro por cansancio".

También destaca una estrategia narrativa según la cual el lector está deseando atacar el siguiente capítulo para desvelar los pequeños "misterios" que quedan sin resolver en el anterior.

"Esta técnica se deriva de la forma como escribo, pues siempre sé cómo acaba un capítulo y cómo empieza el siguiente, pero nunca lo escribo, sino que lo dejo para el día después".

Vitali ya ha acabado otra novela breve "escrita de un tirón entre diciembre y febrero pasado, una historia que me hervía en la sangre, que está ambientada en la mitad del siglo XIX y que cuenta el naufragio de dos jóvenes nobles y la peripecia que vive un sastre, único testigo del accidente, que es acusado de falta de auxilio".

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