Este artículo se publicó hace 16 años.
La viuda de Cabrera asegura que "La ninfa inconstante" es "puro Guillermo"
Guillermo Cabrera Infante no cesó de escribir hasta casi el final de su vida, y de los inéditos que dejó se rescata ahora "La ninfa inconstante", una novela que está "a la altura de las obras maestras" del escritor cubano y que vuelve a demostrar su capacidad para "hacer poesía en la prosa".
"'La ninfa inconstante' es puro Guillermo, porque la enfermedad le impidió retocarla", le decía a EFE Miriam Gómez, viuda de Cabrera Infante, minutos antes de que empezara la presentación de este libro, editado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, el mismo sello que en 2009 comenzará a publicar las Obras Completas del novelista cubano, uno de los más importantes de su generación.
La aparición de una novela inédita de Cabrera Infante es un acontecimiento editorial, y a la presentación acudieron varios escritores, entre ellos Mario Vargas Llosa, "muy amigo" del autor de "Tres tristes tigres", al que quiso y admiró "mucho como escritor y ensayista", según le decía a Efe.
Pero Cabrera Infante (1929-2005) tenía siempre su casa de Londres "abierta para todo el mundo" y hasta ella se acercaban "jóvenes escritores, que son los que sostuvieron a Guillermo durante todos esos años terribles" en que el novelista se sentía rechazado por su país de origen, afirmaba Miriam Gómez, "muy feliz" porque dos de ellos, David Trueba y Vicente Molina Foix, se encargaran hoy de la presentación del libro.
Como explicaba su viuda, Cabrera Infante "se dio cuenta de que había un hueco" entre "Tres tristes tigres" y "La Habana para un infante difunto" y lo llenó con esta nueva novela que Miriam Gómez ha logrado poner en pie después de "un gran esfuerzo".
"Pero, qué mejor trabajo que ver publicado todo eso que dejó, porque así compruebo que Guillermo está más vivo que nunca", dijo Gómez, tras asegurar que no ha tocado "ni una palabra" de lo que escribió su marido. "Guillermo hace poesía en la prosa y no se le puede tocar nada".
La actriz cubana está ilusionada con "el gran número de inéditos" que hay de su marido, entre ellos novelas como "Cuerpos divinos" y "Mapa dibujado por un espía", en las que ya trabaja.
En el prólogo de "La ninfa inconstante", Cabrera Infante deja claro que no le interesaba "eliminar y mucho menos cambiar" su pasado, y gracias a "la máquina del tiempo" que es la memoria, el escritor puede volver a vivir "ese tiempo infeliz, feliz a veces".
En su novela póstuma recupera la Habana de hace varias décadas, esa ciudad "que siempre fue vieja y siempre vedada", y que el novelista revive "en tiempo presente, no con la pátina del recuerdo enmohecido", aseguraba el cineasta y escritor David Trueba, "discípulo" de Cabrera Infante.
Para Molina Foix, "gran amigo" de Cabrera Infante, la novela "es una revalidación de lo mejor de Guillermo" y "está a la altura de sus obras maestras".
En "La ninfa inconstante", el lector tendrá la sensación de moverse por "un territorio conocido", pero también se encontrará con "accidentes distintos y con lugares llenos de humor y de sorpresas", añadía Molina Foix.
Como en el resto de su obra, el escritor consigue en esta novela que "la realidad de lo que sucede esté siempre acompañada por la irrealidad de las palabras, por el juego de la invención y del capricho verbal", señalaba el autor de "El abrecartas", galardonada con el Nacional de Narrativa.
Y logra también "recuperar a través de la memoria un personaje que seduce desde el primer momento y que es adolescente y maduro al mismo tiempo, mezcla de entrega y de ausencia", aseguraba Molina, para destacar también que la novela "está llena de referencias cinematográficas y literarias".
David Trueba ha constatado en "La ninfa inconstante" la capacidad de su autor para "convertir en placer cada cosa que hacía", y lo que "más queda" de este libro "es la voz del narrador, el monólogo de un cómico que es incapaz de ceder a la tentación del juego, de la broma".
"En el refugio del cine y de la literatura, Guillermo encontró la vida real", añadió Trueba.
Miriam Gómez desearía que el legado de Cabrera Infante fuese a parar a Cuba, "pero es imposible. Lo más fácil es que lo depositemos en la Universidad de Princeton y que luego lo donen a Cuba cuando este país sea un lugar democrático".
Vargas Llosa aún no ha leído "La ninfa inconstante", pero, según le dijo a EFE, "es una gran alegría" saber que ha dejado una novela "magnífica y terminada", que enriquece "una de las obras más creativas de la lengua" de los últimos años.
"Fuimos muy amigos y vecinos en Londres. Fue una amistad que nunca se empañó por ninguna razón", añadió Vargas Llosa.
Ana Mendoza
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