Este artículo se publicó hace 13 años.
Whisky, mejor doble, como los besos
De los montes de Valsaín a las Destilerías DYC, la nueva Ruta del Whisky por Segovia brinda una experiencia para todos los sentidos.
No solo para ver, esta nueva ruta también es una ruta para escuchar, oler, degustar y disfrutar de un enclave único. El recorrido discurre por cuatro puntos emblemáticos relacionados con la elaboración del whisky de la región y entrelaza naturaleza y cultura para acercar el mundo del whisky a todos los aficionados a él.
Comienza en los montes de Valsaín, por donde discurren las cristalinas aguas del río Eresma, empleadas en la elaboración del whisky español más genuino. Y continúa en la Real Fábrica de Cristales de La Granja, donde se puede observar el soplado del vidrio que realizan los maestros siguiendo las mismas técnicas utilizadas en el siglo XVIII, mediante el que se han fabricado desde botellas y copas hasta lujosas lámparas de araña, y similar a la que se utiliza desde siempre para fabricar el envasado del whisky español por excelencia.
En el natural entorno de Palazuelos de Eresma, a cinco kilómetros de Segovia, se encuentran las Destilerías DYC , tercera parada de la ruta. Fundadas por Nicomedes García en 1957, se asientan en parte en edificios que datan del siglo XV. La visita a las Destilerías permite comprobar cómo se elabora el whisky nacional de manera prácticamente artesanal, y conocer las fases de transformación de la materia prima -cebada, maíz, agua, carbón vegetal- en lo que los irlandeses y escoceses denominaron uisge beatha o uisce beathadh (agua de vida): es decir, el whisky.
Además de ver cómo en una única planta se realizan los principales procesos - el germinado de la cebada y malteado, el molido, la fermentación, el destilado en los grandes alambiques y el envejecimiento en barricas-, algo casi inusual, incluso en la mayoría de las destilerías escocesas, también descubre a los amantes de este espirituoso las cuatro variedades del whisky cien por cien español: DYC, DYC 8, DYC Pure Malt y DYC Single Malt.
La visita a las destilerías es una experiencia para todos los sentidos. Se puede apreciar la textura del grano antes de germinar, el olor de la turba tostándose, asistir a la transformación del grano en el ambarino líquido y degustar el fruto de todo el proceso. La visita culmina con una cata comentada donde los asistentes aprenden a diferenciar entre los distintos elementos que han podido ver, oler y tocar en el inicio del recorrido.
La Ruta del Whisky finaliza en Segovia, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, donde además de admirar sus monumentos, hay que disfrutar de su gastronomía y de una buena sobremesa, por supuesto, con un whisky en la mano.
Turismo de Segovia
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