La polémica en torno a las declaraciones de Fernando Sánchez Dragó en su último libro -Dios los cría... (Planeta)- continúa.

En uno de los párrafos, el escritor señala: 'En Tokio, un día, me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rimel, tacones, minifalda... Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba'.

Este miércoles, el Wyoming ha hecho referencia a ello en El Intermedio: 'Es oir esta anécdota y me dan ganas de vomitar'.

'Tiene suerte de que va por la vida de intelectual. Si fuera un concursante de Gran Hermano lo echan de la casa por hablar así'.

'Por eso no vas a la cárcel, sino que Aguirre te hace director de un informativo en Telemadrid'

Wyoming también critica que Dragó dijera que contaba todo ahora porque ya había prescrito: 'El crimen ha prescrito, pero lo que no prescribe nunca es ser un sinvergüenza. Lo que ocurre es que por eso no vas a la cárcel, te pasa algo peor: Esperanza Aguirre te hace director de un informativo en Telemadrid'.

Tras el revuelo que se montó, a Dragó no le quedó más remedio esta semana que retractarse de alguna manera: 'Es una historia literaturizada, digamos, a partir de una anécdota trivial. Se remonta a 1967. Ya ha llovido: casi medio siglo. Fue un coqueteo sin importancia. Los jóvenes japoneses eran así. Estaban ellas, con sus amigos, a la salida del metro. Fuimos todos juntos a tomarnos un café al lado de la estación. Nadie se trajinó a nadie. Lo de los trece años era una forma de hablar. Las japonesas tienen un aspecto muy aniñado', escribió en un email enviado a Público.