Encabezados por la primera dama de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, y otras autoridades del Gobierno constitucional, los seguidores de Manuel Zelaya exigieron ayer el retorno del presidente depuesto sin condiciones ni mediaciones.

Xiomara Castro se felicitó de que en la marcha sólo había 'gente humilde, gente que porta sombrero' y denunció que las fuerzas armadas continúan persiguiendo a sus hijos. 'Tememos por nuestra seguridad. Han llegado a casa de mis amigos a buscarlos [a sus hijos]. A mí me hablaron de garantías y de circular libremente, pero no le creo porque al presidente le violaron las garantías', denunció.

Frente a la represión, Rixi Moncada, gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, instó 'al pueblo hondureño a mantener la lucha' para exigir el regreso de Zelaya.

Otros funcionarios prefieren seguir en la clandestinidad ante las amenazas de los miembros del Gobierno de facto de Roberto Micheletti.

'Tengo que cambiar de casa cada tres días. Tenemos amenazas por haber apoyado el decreto de la encuesta que el Poder Ejecutivo haría el domingo 28 de junio', dijo a Público por vía telefónica el secretario de Educación, Marlón Brevé.El Colegio de Magisterio de Honduras (Colprosumah) mantiene un paro en las escuelas públicas del país hasta el retorno del presidente.

En San Pedro Sula, decenas de seguidores de Zelaya volvieron a manifestarse contra el golpe. 'No nos asustan, fuera los golpistas', clamaban.

Diplomáticos de México tuvieron que proteger ayer en el aeropuerto internacional de San Pedro Sula al secretario de Cultura, Arte y Deportes del Gabinete de Zelaya, Rodolfo Pastor. 'Voy asilado a México', explicó a este diario.

Desde que el Gobierno de facto se alzó con el poder, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas han detenido a unos 400 personas, según Andrés Pavón, presidente del Comité de Derechos Humanos.