Kaká volverá a entrar hoy en una convocatoria del Madrid tras 44 días de polémica ausencia debido a una sobrecarga en el aductor. El último partido que el brasileño disputó fue el pasado 10 de marzo ante el Olympique de Lyon, en la eliminación europea de los de Pellegrini. Aquella noche Kaká abandonó el Bernabéu silbado por la afición y enfadado con su entrenador, que le sustituyó por Van der Vaart en la segunda parte. Desde entonces, el centrocampista antepuso su plena recuperación física a las urgencias del Madrid y dejó claro a los técnicos que no forzaría su regreso. “No volveré si no veo que estoy bien, no quiero que me piten otra vez avisó el mediapunta días antes del choque ante el Barça–. Con dolor no juego, porque si no rindo, me matan”.

Esta semana Kaká se ha entrenado al mismo ritmo que sus compañeros. Ayer, incluso esprintó y chutó con más intensidad de la habitual. “Ya se le ve que está para jugar. Si hace dos semanas estaba al 90%, ahora ya está al 100%. Ha participado en la sesión de tiro con absoluta normalidad, sólo falta que coja ritmo de competición”, dicen desde el club blanco.

Las interminables horas de gimnasio y rehabilitación pasarán a ser historia para el brasileño, que ya está incorporado a la dinámica habitual del grupo. Los servicios médicos seguirán con especial atención el entrenamiento de hoy para evitar molestias de última hora y, salvo contratiempo, Kaká viajará esta misma tarde a Zaragoza con el resto de la expedición.

No jugará de titular, seguirá haciéndolo Van der Vaart, pero todo hace indicar que reaparecerá en La Romareda. Esa, al menos, es la intención del cuerpo técnico, cuya pretensión es contar con el mejor Kaká para las cinco finales de Liga que le quedan a los blancos. Y también la del propio jugador, quien en los últimos días se ha mostrado especialmente ilusionado. Kaká, consciente de que el Mundial está a la vuelta de la esquina, quiere recuperar su lugar en el equipo.

El brasileño tiene en Van der Vaart un hueso duro de roer. El holandés ha aprovechado la ausencia de Kaká para hacerse con un puesto en el once. Pellegrini ahora tendrá que decantarse por uno de los dos para confeccionar el once en los decisivos partidos que quedan.

Kaká es el segundo asistente del equipo con seis pases de gol, sólo por detrás de Marcelo (7), y suma siete goles en 1.687 minutos de juego, todo ello repartido en los 21 encuentros en los que ha participado. El brasileño acredita un tanto cada 241 minutos y una asistencia cada 281. Por su parte, Van der Vaart ha disputado 1.167 minutos en 24 partidos, marcó cinco goles –varios decisivos– y ha firmado cuatro asistencias. El holandés da un pase de gol cada 291 minutos y marca cada 233. Las estadísticas personales son muy similares, pero Kaká tiene el condicionante de que le costó 65 millones de euros al Madrid el pasado verano. Van der Vaart estuvo a punto de salir y se ha ganado el puesto a base de trabajo.