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Zapatero exige a la Iglesia respeto a todas las familias

Pide el voto para preservar «la libertad individual frente a imposiciones morales»

GONZALO LÓPEZ ALBA

A la hora del Ángelus, la feligresía socialista se congregó ayer -en número superior a los 10.000- en el pabellón deportivo de la parroquia de San Luis para escuchar el sermón laico de José Luis Rodríguez Zapatero.

Si se tiene en cuenta que este púlpito pertenece a la archidiócesis de Agustín García-Gasco, motejado como el cardenal de la crispación, tuvo un punto de desafiante autoafirmación que el pasaje de los evangelios socialistas elegido para la homilía de este domingo fuera el que hace referencia a la libertad individual para que cada uno viva cómo y con quién le plazca.


Familia y 'mentiras'


'La familia, diga lo que diga algún cardenal, goza de muy buena salud, la familia libremente entendida, porque vivimos en un país libre. Nosotros y la mayoría de los ciudadanos respetamos profundamente la familia que defienden los cardenales y yo exijo a todos que respetemos la familia que quieren los ciudadanos', dijo Zapatero, que se presentó como la cabeza de un Gobierno que 'sabe el rumbo que quiere la mayoría de este pueblo'.


Para mantener ese rumbo recordó que cada voto decide y advirtió de que 'lo que está en juego es la libertad para que nadie nos imponga ninguna moral'. Por si alguno dudaba en su fe, recordó: 'Nosotros pediremos el voto en favor y en defensa de la libertad individual, de la libertad de ser ciudadanos y de ejercer todos los derechos, sin distinción de ningún tipo ni imposición de ninguna naturaleza'.


Poco antes, como parte de la liturgia oficial, la mirada de Zapatero se fundía en una pantalla gigante de plasma con la mirada de varios ciudadanos anónimos, en señal de que representa a la 'gente corriente'. Ayer, el PSOE huyó del escenario faraónico que utilizó en Fuenlabrada (Madrid) en su elevación a los altares como candidato oficial y utilizó uno minimalista, con una pequeña plataforma más a ras de suelo de lo habitual, el cubo con el logotipo y el atril con la Z.


Desde él, Zapatero acusó al PP de haber ejercido la oposición instalado en 'la tentación de no asumir su derrota' de 2004 y 'en la mentira', sea con la economía o con la familia. 'Sigo denunciando que hubo un Gobierno del PP que mintió al pueblo y que hoy sigue mintiendo', clamó.


El profeta del optimismo reclamó para sí toda la credibilidad que negó a los profetas del desastre: 'Hemos cumplido todos nuestros compromisos, desde el primer día con la salida de la guerra de Irak, hasta el último con la subida a 600 euros del salario mínimo. Ellos querían pasar a la historia por hacer la guerra de Irak y nosotros queremos por elevar al 0,7% la ayuda al desarrollo'.

Participación masiva


La misa laica concluyó con el bautizo oficial de las representantes de Zapatero en la Comunidad Valenciana -María Teresa Fernández de la Vega, Bernat Soria y Jordi Sevilla, y la confirmación de Leire Pajín como apóstol de la cooperación con los países menos desarrollados, aunque muchos de sus compañeros ya pronostican su ascenso a ministra-.

Para que no faltara nadie estuvo en la primera fila hasta Joan Ignasi Pla, al que se forzó a dimitir como obispo, aunque se le reservó un asiento fuera del tiro de cámara.

Como colofón, se elevó una plegaria para que el 9 de marzo haya una participación masiva, no sólo por interés propio, sino porque 'es muy triste que algunos cifren sus esperanzas en que la gente acuda poco a votar'.


Y visto que ayer se colgó el cartel de no hay billetes, los feligreses socialistas quedaron emplazados para seguir pasando el cepillo del voto el 23 de febrero, pero en la plaza de toros, con la que no se atrevían desde 2003.

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