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Zapatero y López sellan una única política en Euskadi

Moncloa diseña un escenario sin precedentes para una comparecencia conjunta en ausencia de símbolos institucionales

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

'Un escenario distinto para un acontecimiento histórico'. El presidente del Gobierno pidió así a sus colaboradores que preparasen la primera comparecencia conjunta que iba a tener con el primer lehendakari socialista de la historia del Estado de las Autonomías, explicaron ayer fuentes de Moncloa horas después de un encuentro sin precedentes.

Efectivamente, fueron muchos los aspectos de la primera entrevista entre José Luis Rodríguez Zapatero y Patxi López que se salieron de la encorsetada agenda presidencial. Pero ayer cambió el guión y parecieron pasar a un segundo plano.

Para empezar, es inusual que ambos interlocutores comparezcan juntos ante la prensa, como se hizo ayer. Y, para terminar, Zapatero adoptó un papel secundario y más silencioso que de costumbre para mostrar expresamente 'el apoyo firme del Gobierno de España al de Euskadi y a los vascos', explican desde el Gabinete del presidente.

Más llamativo que los mensajes fue, sin duda, el escenario de la conferencia de prensa que tuvo lugar tras dos horas de reunión. Zapatero había pedido algo distinto, y aunque el rígido protocolo de La Moncloa nunca parece dar pie a vistosas soluciones, el equipo de comunicación del presidente dio ayer en el clavo.

Sobre las 13,30, tras dos horas y media de reunión, un exultante presidente del Gobierno y un lehendakari un poco abrumado, al menos al principio, aparecieron en un camino de uno de los jardines del complejo monclovita, flanqueados por dos farolas, un banco de piedra y muchos árboles.

Nada de edificios institucionales al fondo y nada de atriles, sólo dos micrófonos de pie que obligaron a López a enseñar a los medios una párvula chuleta con la lista de asuntos vascos. Tampoco hubo banderas, ni la española ni la ikurriña, y a la mente de todos vino el recuerdo de Juan José Ibarretxe. '¿Qué pasaría si se hubiese visto en la tesitura de dar una rueda de prensa en La Moncloa sin guarecerse con una bandera vasca?', se preguntaban.

Tampoco los discursos del presidente y el lehendakari fueron los habituales. Se habló de colaboración, sí, pero planteada como algo que va más allá de la cooperación entre instituciones. De hecho, en el entorno de Zapatero, explican que se trataba de 'dar un trato diferenciado a Patxi, con todo el respeto al resto de presidentes autonómicos, pero marcando la diferencia de la situación en la que estamos'. El escenario fue, en consecuencia, tan diferenciado a lo habitual como el discurso.

Zapatero ensalzó a López como el 'lehendakari del cambio', del que se siente 'especialmente orgulloso' y que representa 'un tiempo nuevo para Euskadi'. Pero, sobre todo, dejó claro en un escueto mensaje que en el punto donde confluyen los intereses españoles y vascos, la lucha antiterrorista, empieza una nueva etapa. Se trabajará, aseguró el jefe del Ejecutivo, con 'dos gobiernos y una sola política antiterrorista'. Para ello y desde que tomó posesión, el nuevo lehendakari ya ha abierto 'expectativas de paz con más solidez y firmeza'.

Del discurso de ambos mandatarios, además, se extrajeron las líneas básicas de esa política común: atención prioritaria a las víctimas; unión de los demócratas; 'complicidad absoluta' entre Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía y Ertzaintza, y eliminación de espacios que los violentos o quienes les apoyan puedan utilizar de las instituciones democráticas. De hecho, tanto Zapatero como López se felicitaron por la decisión de Estrasburgo al ratificar la ilegalización de Batasuna.

Zapatero, además, subrayó que 'merece la pena' el coste que tiene que pagar en el Parlamento por la 'oposición constante' del PNV al Gobierno a cambio de que López sea lehendakari. Este, por su parte, dijo ser consciente de esa actitud del PNV y pidió que no se utilice 'lo que ha sucedido en el País Vasco para complicar la vida a este Gobierno'. E hizo extensivo el mensaje al PP, al asegurar 'que la política española necesita actuaciones también del principal partido de la oposición para sumar fuerzas y luchar contra la crisis, por la política del encuentro y el entendimiento'.

En este sentido, ante la propuesta del PP de crear una mesa de partidos contra el terrorismo, el lehendakari argumentó que ahora está hablando con todos los partidos y que si esa mesa 'resuelve cosas', se formará. Pero nunca surgirá para crear 'conflictos'.

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