Zapatero ya admite que la crisis se alarga

Qué sabían Elena Salgado y Zapatero la noche del martes, algo más de 24 horas antes de la difusión de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), aparentemente positivos, para lanzar mensajes más bien pesimistas?

Porque la ministra de Economía advirtió en la mañana del 21 de octubre que a los datos de paro siempre más favorables, por razones estacionales, del tercer trimestre siguen los del cuarto trimestre de crecimiento del paro. El mensaje de Rodríguez Zapatero ante la reunión de empresarios del American Business Council, ese mismo día, fue mucho más elaborado, quizá uno de los más matizados que haya pronunciado hasta ahora. "Ni la recuperación está asegurada, ni menos aún su velocidad necesaria para crear empleo". Y apuntó: "No es descartable que durante unos meses se consoliden los datos que confirmen la recuperación de la economía y que esos indicadores convivan con un estancamiento de la creación de empleo".

Y es que ya hay indicios de que los datos de paro registrado de octubre van a ser malos

Lo que ambos conocían es el avance de lo que la EPA contenía. Y pudieron contrastar con su equipo que, si se entra en las tripas de la caída de 14.100 parados en el tercer trimestre, resulta evidente que la destrucción de empleo de la Gran Recesión Española (GRE) continúa adelante, de manera menos masiva que en el último año y medio, pero prosigue una obra demoledora que, tras eliminar gran parte del empleo temporal, ya amenaza con llevarse por delante los indefinidos.

Pero tanto el presidente como la ministra, y hay que agregar al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, sabían incluso algo más. Y es que ya hay indicios de que los datos de paro registrado de octubre, que conoceremos la semana próxima, van a ser malos. Malos sin atenuantes, aunque no tan devastadores como en 2008 (192.658 parados más). Y, como lo ha advertido la ministra, así será en el cuarto trimestre. Los modelos de previsión de las tendencias económicas han sufrido los meneos de los planes gubernamentales y su efecto transitorio sobre las principales variables macroeconómicas, pero siguen acertando en lo fundamental: la destrucción de empleo prosigue.

El empleo tampoco repunta en EEUU, una economía que confirmará su comportamiento positivo en el tercer trimestre, después de haber caído en cinco de los seis anteriores. La mayoría de los economistas y la Administración Obama vaticinan una subida del 3,2% del PIB. Pero el empleo sigue cayendo. Según ha explicado la semana pasada Christina Romer, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, el "mercado de trabajo va a permanecer dolorosamente débil a través de 2010".

El "mercado de trabajo va a permanecer dolorosamente débil a través de 2010"

Romer hace una advertencia que es especialmente válida para España, y en la que coincide el ex ministro de Economía y Hacienda Miguel Boyer: no es el momento de quitar el paracaídas (estímulos fiscales) a una economía depresiva. Porque, en esencia, si se confirma que el PIB norteamericano del tercer trimestre ha subido un 3,2%, ha sido por los estímulos del Gobierno.

El problema siguen siendo, en EEUU y en España, las poderosas tendencias deflacionistas que estrangulan a la economía como resultado de un largo periodo de superendeudamiento de familias, empresas y bancos. Con el desempleo en alza, la demanda de consumo sigue muerta. Y por ello cualquier perspectiva de aumento de la inversión privada es ilusoria. La idea de que la salida puede venir a corto plazo del mercado exterior no es menos ilusoria. Los flujos comerciales sufrieron una recaída durante agosto, según la base usada por la Organización Mundial del Comercio (OMC). La recuperación es, pues, en dientes de sierra. Según el FMI, el comercio mundial se contraerá un 11,9% en 2009 y puede experimentar un crecimiento de sólo un 2,5% en 2010.