Este artículo se publicó hace 15 años.
Zelaya vuelve a Honduras y se arriesga a ser detenido
El derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó a la capital del país después de tres meses en el exilio para buscar su restitución y se refugió en la embajada de Brasil, en un desafío al Gobierno de facto que prometió arrestarlo.
Zelaya fue depuesto hace casi tres meses y expulsado en pijama y a punta de pistola hacia Costa Rica. Desde entonces había intentado volver a su tierra natal a través de negociaciones diplomáticas que naufragaron, incluso cruzando brevemente la frontera desde Nicaragua.
"Mi presencia aquí es para desempeñar el mandato que el pueblo me dio en las urnas electorales, para reconstruir la democracia", dijo a los periodistas dentro de la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se encontraba refugiado, después de haber hecho un largo viaje de 15 horas para llegar a la capital.
A las puertas de la sede diplomática, varios de sus seguidores estaban reunidos, algunos en coches, otros en techos y hasta subidos a los árboles, según medios hondureños.
"Quiero hacer un llamado a la calma a los actores involucrados en este proceso y señalar a las autoridades del Gobierno de facto que deben hacerse responsables de la seguridad del presidente Zelaya y de la Embajada de Brasil", dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
El golpe de Estado del 28 de junio dejó dividida a Honduras en su peor crisis política en décadas, después de que Zelaya enfureciese a diputados del Congreso, jueces de la Corte Suprema y a algunos integrantes de su propio partido con una propuesta de cambio constitucional para permitir la reelección presidencial.
PREPARAN ARRESTO
En esta empobrecida nación muy conservadora, muchos aseguraban que Zelaya buscaba tomar el rumbo político de su aliado venezolano Hugo Chávez. Ese fue el argumento para el golpe de Estado.
El presidente de facto, Roberto Micheletti, que negaba que Zelaya se encontrara en Honduras a pesar de la confirmación del Departamento de Estado estadounidense, prometió ponerle tras las rejas si pisaba el territorio hondureño bajo varios cargos.
"En el momento que sepamos que ha entrado al país vamos a proceder de inmediato a su arresto. Tenemos equipos de búsqueda y captura para proceder a su arresto", dijo el lunes a Reuters poco antes de que se confirmara su presencia.
El depuesto gobernante hondureño debía hablar el miércoles por la tarde en la sede de Naciones Unidas en Nueva York durante la Asamblea General.
Un intento de resolución a la crisis promovido por el presidente costarricense, Oscar Arias, no logró restituir a Zelaya. Las presiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y los cortes de ayuda financiera internacional tampoco han rendido frutos.
Desde Venezuela, su aliado Chávez habló por teléfono con él y le prometió convocar a otros presidentes para darle apoyo.
previstas antes del golpe - y entregar el poder en enero al ganador de la contienda, pese a que muchos países y organismos han dicho que no reconocerán al vencedor.
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