Este artículo se publicó hace 15 años.
Zizek aprieta fuerte el lápiz
El filósofo esloveno anticapitalista publica 'Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales'
Si usted abre en YouTube los vídeos en los que el filósofo Slavoj Zizek (Liubliana, 1949) asegura que los vegetarianos se están convirtiendo en "monkeys", puede creer estar ante un iluminado irrespetuoso que cecea. No. Zizek es un pensador irreverente: de formación interdisciplinar, marxista y lacaniano, le da la vuelta a los lugares comunes de una ideología neoliberal que, camuflada como los camaleones, asumimos como estilo de vida.
Zizek aboga por un discurso anticapitalista, desacomplejado, que no basa sus estrategias emancipatorias en peticiones ecológicas o feministas, sino económicas y sistémicas.
"Las caridades liman las contradicciones del capitalismo", escribe Slavo ZizekSobre la violencia. Seis reflexiones marginales (Paidós) descubre a Zizek como pensador no políticamente correcto, sino correctamente político. La siguiente serie de preguntas y respuestas sintetizan aspectos importantes de un pensamiento y de un estilo que son, no ya coherentes, sino indisolubles el uno del otro.
¿Quiénes son los culpables de las víctimas del liberalismo?
"Frente a los responsables de los crímenes comunistas, en la barbarie capitalista parece que nadie ha de purgar ninguna culpa", escribe en uno de los capítulos.
"El multiculturalismo es un modo de racismo" que une al reprimido y al explotado¿Qué implica mi obligación de ser tolerante?
"Tiene que ver con la exigencia intolerante por parte del otro de reservar su espacio", escribe. El estilo de Zizek es vehemente. Como si apretara mucho el lápiz contra el papel. La equidistancia no se convierte en buenismo: no reduce cada sentimiento o idea a culpabilidad. Su activismo, lejos de transformar el mundo, afianza sus injusticias. Zizek se opone a esa mentalidad de oenegé donde las caridades ayudan a vivir la ficción que nos hace buenos.
¿Quién encarna el mal en nuestras sociedades?
Los cómplices en la devastación universal que huyen de las consecuencias de sus acciones depredadoras, "viviendo en urbanizaciones cercadas, alimentándose de productos macrobióticos...".
Zizek utiliza ejemplos sociológicos y de la cultura de masas porque en ellos se proyecta asertivamente la ideología dominante. Por ejemplo, analiza World Trade Center, de Oliver Stone, y concluye que la catástrofe del 11 de septiembre se ha interpretado como una intervención divina para "despertar a EEUU de su letargo moral y sacar lo mejor de su pueblo". El regodeo en las instantáneas de una desgracia particular no ayuda a reconstruir el porqué de la catástrofe: actúa como distracción para que nos sintamos mejores.
¿Son respetables todas las creencias?
Sobre la condescendencia y el relativismo, que impone la idea de que nunca existe una verdad, descansa la falsa tolerancia. Zizek se pregunta y se responde: "¿Por qué creemos que la tolerancia es el remedio en lugar de serlo la emancipación, la lucha política o el combate armado? La respuesta se halla en [...] la culturización de la política". Las diferencias políticas, derivadas de la desigualdad política o de la explotación económica, son naturalizadas y neutralizadas bajo la forma de diferencias "culturales".
¿Es Bill Gates un filántropo?
Para Zizek, cuando un capitalista emprende acciones filantrópicas, da un sentido a su vida. "El beneficio no es sólo psicológico, sino sistémico: esas caridades liman las contradicciones del capitalismo y retardan su crisis".
¿Corrección política?
"La corrección política es un ejemplo de la política liberal del miedo".
¿Qué es lo que enmascara el multiculturalismo?
Zizek da la vuelta a los tópicos a través de una metodología dialéctica en la que los juegos de palabras evidencian el poder del lenguaje y visibilizan lo que en apariencia no es ideológico. El multiculturalismo es un modo de racismo que camufla el hecho de que "... en la lucha emancipatoria no son las culturas, en su identidad, las que unen sus manos, es el reprimido, el explotado y el que sufre".
Sucede también cuando identifica el ascetismo y el gozo: "Pensemos en el yuppie que combina la "autorrealización" personal con disciplinas totalmente ascéticas como el jogging, la comida sana y demás." Pues eso: pensemos.
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