Este artículo se publicó hace 13 años.
La zona euro ultima su rearme contra los mercados
Los ministros de Finanzas estudian fortalecer el fondo de rescate y usarlo para comprar deuda y dar créditos. Los recursos podrían alcanzar el billón y medio de euros
"Cuando saltas desde un avión en marcha, preguntas: ¿funcionará el paracaídas? "Sí, funciona de sobra, por supuesto", te aseguran. "Pero por si acaso, te vamos a poner otro", añaden". Con esta parábola, un diplomático francés explicaba recientemente en Bruselas por qué los países de la moneda única van a inyectar miles de millones adicionales al fondo de apoyo al euro, que se creó con 750.000 millones, y hacer más fácil acogerse a él.
La semana pasada, el euro pasó el examen de la emisión de deuda pública de Portugal y España, aunque con un aprobado no muy holgado. Todavía quedan muchas reválidas ante los mercados, que implican continuar cumpliendo con la austeridad o completar la limpieza del sistema financiero. La eurozona está tan poco segura de superarlas con sus armas actuales como desunida a la hora de elegir nueva munición. Esta noche, en una reunión del Eurogrupo, los ministros de Economía del euro podrían escenificar un compromiso político para ampliar la dotación del fondo de apoyo al euro y permitir que, en vez de utilizarlo sólo para grandes rescates, pueda ofrecer líneas de crédito a corto plazo, comprar deuda como lo hace el BCE o rebajar el tipo de interés de los préstamos a los países en apuros. Salvo sorpresa, la decisión final tendrá que esperar, según fuentes diplomáticas.
Se baraja crear líneas de crédito rápidas para países con dificultades
Francia y Alemania"Un aumento del fondo europeo de estabilidad financiera es una opción que contemplamos", aseguró el viernes Christine Lagarde, ministra de Economía francesa. Eso sí, sólo si "es necesario", una circunstancia menos acuciante tras la exitosa emisión de deuda de Portugal y España. Para el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, "si abres el debate en un momento en el que ni siquiera el 10% del fondo ha sido utilizado, fomentas la expectativa de que sí será usado". Según las tesis alemanas, el aumento del fondo debería ir encaminada en principio a garantizar que su capacidad nominal, de 687.300 millones tras el rescate de Irlanda, se corresponde con capacidad real.
Según diversos cálculos, el parachoques contra los mercados sólo puede prestar realmente la mitad de los fondos comprometidos sin comprometer la credibilidad ante los mercados. Esta limitación se explica porque el fondo se nutre no de dinero efectivo, sino garantías de los países del euro. Sus responsables tienen que acudir a los mercados para reunir el dinero necesario cada vez que se utilice. Para que esas emisiones destinadas a asistir a los países en apuros sean consideradas como totalmente seguras por los mercados, consiguiendo un sobresaliente (o triple A) de las agencias de calificación, los países del euro tendrán que comprometer más dinero. Sin este refuerzo, a medida que se use el fondo, la calificación de las emisiones bajará por las dudas de los mercados sobre el retorno de su inversión, algo que los ministros quieren evitar.
Nadie niega que el rescate de Portugal es una opción que más de un socio del euro se ha planteado en privado, pero todos ellos descartan que la ampliación del fondo vaya encaminado a crear un colchón de recursos que permita rescatar a Portugal y, llegado el momento, también a España. "Si se amplía es precisamente para evitar que se use, aunque suene paradójico", señala una fuente del Consejo. Según esta lógica, los mercados aplacarán su voracidad cuando vean que enfrente tienen a una zona euro decidida a hacerles frente.
¿Cuánto dinero más se necesita? Según el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, sería conveniente duplicar la cifra inicial, de 750.000 millones de euros, hasta el billón y medio, contando también con más recursos del FMI, que actualmente contribuye con 250.000 millones. "El debate está muy avanzado", asegura una fuente cercana a las negociaciones que considera la cifra una buena aproximación. "Hay un principio de acuerdo en cuanto a la ampliación, aunque la cifra definitiva no está cerrada".
Flexibilizar el fondoAdemás, el Eurogrupo "está dispuesto a flexibilizar el uso", una de las principales propuestas de España en la cumbre de jefes de Gobierno de diciembre. Entonces, como informó este diario, la canciller Angela Merkel abrió la puerta a que la solidaridad europea pudiera materializarse en forma de líneas de crédito rápido para superar una emisión de deuda concreta u otras necesidades adicionales que pongan en aprietos a Portugal, España, Bélgica o Italia, los países en la diana de los especuladores. Además, la flexibilización del fondo se materializará en la compra de deuda a los bancos por parte del Eurogrupo, tal y como hace el Banco Central Europeo (BCE), molesto por haber asumido una función que considera que no le corresponde. Por último, los países de la moneda única sopesan rebajar el interés exigido a los países que se acojan al fondo, que en el caso de Irlanda fue del 5,7% y que otros países, como Portugal, consideran inasumible.
"O no hacemos nada, o acabamos desplegando un gran rescate que retire de los mercados al país en cuestión a cambio de un programa de reformas de varios años", indica una fuente de la Comisión Europea. "Más vale prevenir que curar", advirtió el comisario de Economía, Olli Rehn, gran defensor, junto al presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, de que los jefes de Gobierno sellen su decisión en su próximo encuentro, el 4 de febrero.
Posiciones diferentes antes del encuentroAlemania
Busca un compromiso que incluya hacer efectivo el dinero ya comprometido por el fondo, pero no cree urgente la decisión.
Francia
Está dispuesta a reforzar el fondo "si es necesario", además de apostar por flexibilizarlo.
España
Pide desde diciembre que la zona euro compre deuda como hace el BCE y que los países de la moneda única manden a los especuladores un mensaje claro de apoyo a la divisa común.
Portugal
Junto con Bélgica e Italia, comparte las aspiraciones de España. De ser llevadas a la práctica, aliviarían las tensiones en los mercados de deuda, que han hecho subir en las últimas semanas el precio que pagan por refinanciarse.
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