Dormir con el gato es algo habitual entre aquellos que tienen minino. De hecho, se trata de una práctica común en distintas culturas, pues compartimos espacio en nuestro hogar. Sin embargo, puede que te hayas preguntado alguna vez si es saludable que tu mascota comparta tus horas de sueño en la misma cama.
Hoy vamos a despejar esas dudas sobre la conveniencia o no de dormir con tu minino y el cuidado que deben tener especialmente niños y mujeres en estado de gestación. Toma nota de esta media docena de razones para no dormir con tu gato. ¡Comenzamos!
Calidad de sueño
Uno de los primeros aspectos que se ve afectado cuando dormimos con nuestra mascota es la calidad de sueño. De hecho, hay personas que, si duermen con el gato, confiesan que lo hacen algo peor, tanto por sus movimientos nocturnos que los despiertan, como por los arañazos o los pelos.
Si el gato es tranquilo y está quieto toda la noche, puede que nunca hayas percibido estos problemas, pero cuando se trata de un animal inquieto, es posible que muestre alguna agresividad para controlar el espacio de dormir. Recuerda que son muy territoriales.
Además, nuestros mininos pueden llegar a dormir 15 horas seguidas, así que cuando sean las 2 de la madrugada, si él ha estado todo el día roncando, va a tener una energía que hará imposible que puedas dormir. Lo mejor es que lo acostumbres desde pequeño a dormir en su camita y luego no sentirá que lo rechazas al dejarlo fuera del dormitorio por las noches.
Falta de intimidad
Si no duermes solo y lo haces en compañía, una mascota en la habitación resta intimidad a las parejas. En este caso, no estamos hablando ya de que sea una persona la que se acostumbre a él y no afecte a su calidad de sueño, sino de dos, por lo que puede llegar a causar a corto o a largo plazo problemas serios para conciliar el sueño.
Y además de eso, si el gato siente predilección por uno de los miembros de la pareja, puede que se muestre celoso y se vuelva arisco o agresivo con el otro. De nuevo, presta atención a cómo se comporta tu animal para no tener ningún tipo de problema y consensúa con tu pareja el tema de dónde duerme el gato. Vale más hablarlo antes que tener luego una discusión.
Enfermedades zoonóticas
Pero dejando atrás estos matices de convivencia, hay un hecho relevante relativo a nuestra salud que hemos de tener en cuenta al dormir con el gato: las enfermedades zoonóticas. Estas son aquellas que se contagian entre animales y humanos. Además, si el gato sale con frecuencia al exterior, ya sea a la terraza, al balcón o al campo, hay más probabilidad que se infecte de algo que puede contagiarte.
Cierto es que el riesgo de que se produzca contagio es bajo, pero debemos extremar los cuidados en el caso de las personas inmunodeficientes, las mujeres embarazadas y los niños de la casa. El gato podría contagiar de enfermedades como los hongos, la sarna, la tiña, la enfermedad de Lyme, bartolenosis, salmonelosis y otras infecciones diversas.
Parásitos de los gatos
Otro aspecto a tener en cuenta es el de los parásitos. Tu gato puede tener un parásito intestinal, como los nematodos o los cestodos. Estos se transmiten por medio de piojos y pulgas o por la ingestión de alimentos que están contaminados. Pero no son los únicos. También hay que tener en cuenta los parásitos externos, como garrapatas, ácaros y esos piojos y pulgas y ácaros pueden transmitir por su picadura enfermedades más graves.
Alergia a los gatos
Otra de las razones por las que no es recomendable dormir con los gatos es la alergia. Los alérgenos presentes en el pelo, en la baba y orina, que sueltan los gatos permanecen luego en el colchón y en la ropa de cama.
Si ya eres alérgico, el problema es serio, pero si no lo eres, puedes desarrollar desde alergia hasta asma y neumonitis por hipersensibilidad. En todo caso, la alergia a los gatos es mucho más frecuente que la alergia a los perros. Así que lo más recomendable es mantener la puerta cerrada de tu dormitorio para no correr riesgos.
Desechos de la caja de arena
Tu gato usa un arenero y sus patitas pueden coger esos trozos minúsculos de arena y desechos que luego lleve para tu cama si duermes con él. Aunque las alfombrillas de goma al lado de la caja de arena reducen mucho este problema, no te engañes pensando que lo solucionan del todo. Algo llegará. Con lo cual, si eres alérgico, no hay duda de que para nada resulta recomendable, y en cualquier caso vuelve a ser un riesgo a la hora de que transmita alguna infección o enfermedad.