Cuando efectuamos alquileres o compras tenemos la opción de hacerlo por vías más tradicionales y, en ocasiones, más costosas, o acordar mediante contratos específicos algún tipo de transacción que puede que nos favorezca más en determinadas circunstancias. Sea como fuere, para poder elegir adecuadamente, es necesario comprender muy bien qué tipo de transacciones o acuerdos nos ofrecen al hacerlo. Por ello, en esta ocasión, te explicamos cuál es la diferencia entre renting y leasing para que no te queden dudas si estás pensando en comprar así un vehículo u otro bien.
Alquiler

El renting se produce cuando se adquiere el derecho a la utilización y disfrute de un bien por un periodo de tiempo determinado, entre un arrendador y un arrendatario. Mediante este tipo de contrato se acuerda el pago de una cuota fija de forma periódica en la que están incluidos los servicios necesarios para el mantenimiento del bien. El propietario de ese vehículo, no obstante, es la persona o empresa que lo suministra y no tú, quien firmas el contrato de renting como arrendatario.
Aunque el renting solía ser una modalidad orientada a las empresas, cada vez es más común que también las personas físicas recurran a renting particulares. Los precios se han ido ajustando en los últimos años y ahora mismo se convierte en una alternativa muy interesante a la adquisición del vehículo.
Por su parte, el leasing es un contrato de alquiler de un bien a largo plazo, en el que se incluye una opción a compra, así como la posibilidad de extender el plazo o solicitar una prórroga. Normalmente se formaliza con una entidad financiera.
Como resultado, es necesario pagar primero una cuota de entrada y, a continuación, la cuota fija con la periodicidad que se haya establecido: quincenal, mensual, trimestral, etc. Una vez abonadas todas las cuotas, el arrendatario puede pasar a ser el propietario del bien. Ten en cuenta que tanto el renting como el leasing tienen como objeto el alquiler de bienes nuevos, nunca de segunda mano o usados.
Tiempo




Así, una de las principales diferencias entre el renting y el leasing hace referencia al tiempo, además de que con este último tienes derecho a la adquisición del bien cuando acabas de pagar lo estipulado en el contrato.
El tipo de alquiler que constituye el renting suele establecerse en periodos que rondan de 1 a 5 años. Una vez ese plazo finaliza, estás obligado a devolver el bien que has alquilado al arrendador. Por su parte, el contrato de leasing tiene una duración mínima de 2 años, en el caso de los bienes mobiliarios, y de 10 años si se trata de bienes inmuebles.
Mantenimiento




Entre el renting y el leasing existe una importante diferencia en lo que respecta al mantenimiento. Mientras que con el renting los gastos de mantenimiento del bien corren a cargo del arrendador, con el leasing es el arrendatario y futuro propietario, en su caso, quien ha de asumir con esos gastos.
[the_ad id=»289″]
Empresas




El renting está dirigido tanto a particulares como a empresas, pero el leasing se ofrece únicamente a estas últimas, por lo que suele ser habitual la adquisición de vehículos, equipos o maquinaria para la actividad empresarial. Esta forma de financiación resulta más viable cuando es necesario adquirir bienes de valor cuyo desembolso, por medio de la compra tradicional, no resulta factible. De hecho, el leasing cuenta con más ventajas de tipo fiscal que el renting.