El sector industrial español sigue dando pasos hacia un modelo más sostenible y económico. El objetivo de alcanzar un consumo que se rija por criterios ecológicos y que marque los pasos del futuro ha desembocado en un aumento de la instalación de paneles solares por parte de las empresas del país.
Las ventajas de llevar a cabo una inversión de estas características responden a diferentes factores y la rentabilidad se aprecia en un periodo de tiempo cada vez menor. La imagen social, la responsabilidad con el medio ambiente o los ahorros en los costes del acceso a la energía son argumentos decisivos que llevan a un número creciente de empresas españolas a optar por este modelo energético.

Las placas fotovoltaicas han revolucionado las posibilidades de acceso a una fuente de energía desde una perspectiva conservacionista. La democratización de esta tecnología ha abierto muchas puertas al autoconsumo en la industria, pues las compañías, independientemente del tipo de actividad que ejercen, tienen a su alcance las herramientas adecuadas para poner en marcha una instalación de estas características.
La demanda ha ido aumentando continuamente durante los últimos años, pues en 2022 la instalación de paneles fotovoltaicos en España se ha incrementado en casi un treinta por ciento con respecto al año anterior.
Ventajas para las empresas




La amortización económica de una inversión de este valor se obtiene antes cuánto mayor sea el consumo. Así ocurre en las empresas, cuya demanda de energía es más alta que la de una vivienda de particulares. En ese sentido, la apuesta por instalar placas solares en sus instalaciones encuentra una rápida rentabilidad. El acceso a esta fuente de energía, cien por cien limpia y que se nutre de la radiación solar, supone un importante ahorro en la factura de la luz que puede llegar a un ochenta por ciento en comparación con un periodo en el que se utiliza, únicamente, energía eléctrica.
La rentabilidad de la inversión depende de diferentes factores, como el uso diario de la energía o la ubicación de la empresa; si bien hay un denominador común entre la mayoría de empresas y es que el gasto inicial se puede amortizar, de forma directa, a los seis años. Teniendo en cuenta que la vida útil de una placa solar puede estar en treinta años, la viabilidad de la operación es evidente. El motivo medioambiental es otra de las claves del éxito del modelo.
El compromiso del entramado empresarial español por el respeto hacia la sostenibilidad del planeta es una de las líneas de trabajo del periodo más reciente y son cada vez más empresas las que deciden buscar actuaciones que vayan en esta dirección.
La instalación de paneles solares en los tejados de sus edificios es la acción más común, dentro de este objetivo. El efecto es triple, pues al motivo económico y medioambiental, se suma el de la mejora en la imagen de marca. La sociedad, que representa a los consumidores, aporta cada vez más importancia a este tipo de actos y su valoración hacia las empresas que apuestan por la energía verde está creciendo, hasta el punto de que una intervención de estas características puede ser decisiva en la decisión final a la hora de realizar una compra.
*Contenido elaborado en colaboración con una marca