Guía para leer las etiquetas de los alimentos procesados

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El etiquetado de los alimentos procesados nos permite saber tanto su composición como sus cualidades nutritivas, su fecha de caducidad o de consumo preferente, su origen y el mejor modo de conservarlos. No obstante, a menudo, las etiquetas resultan confusas, complejas o generan dudas en el consumidor.

Para que esto no suceda, vamos a facilitarte una breve guía para leer las etiquetas de los alimentos procesados, cuyo conocimiento te permitirá tomar tus decisiones de compra de forma más consciente y responsable.

Los alimentos procesados

Supermercado
Fuente: Pixabay

Los alimentos procesados son aquellos que son sometidos a algún tipo de procesamiento industrial antes de ponerse a la venta y de que nosotros los consumamos, en contraposición a los alimentos naturales, a los que no se les ha añadido componente alguno.

Así, podemos adquirir alimentos mínimamente procesados, como los congelados, los yogures, etc. y procesados, en los que a los alimentos originales se les han añadido aditivos y otros componentes. En este grupo se encuentran los encurtidos, las bebidas alcohólicas y algunas golosinas, entre otros. Por último, los alimentos ultraprocesados son aquellos listos para consumir como los platos precocinados, los snacks y las patatas fritas, las margarinas, las mermeladas, las bebidas energizantes, los cereales para el desayuno, etc.

Como regla general, suele determinarse que cuantos menos ingredientes tenga un alimento procesado, más recomendable será, aunque haya excepciones a esta norma. De tal modo, la dieta más saludable es la que está formada, en su mayoría, por alimentos naturales y mínimamente procesados, por lo que son los que deben ser protagonistas de tu cesta de la compra.

Ingredientes

Patatas fritas
Fuente: Pixabay

Cuando adquirimos cualquier alimento envasado, en él podemos consultar varias etiquetas. En una parte destacada y con colores llamativos lucirán las que transmiten las cualidades del producto, o aquellas con las que se pretende incitar al consumidor a su adquisición. Pero la etiqueta más importante suele encontrarse con una tipografía algo más pequeña, en un lateral o en la parte inferior del producto, y que incluso puede resultar difícil de localizar. En ella ha de constar el listado de ingredientes y la información nutricional. Ese listado es el que ha de consultarse para saber exactamente qué es lo que estamos comprando, qué se ha incluido en su preparación y si tiene algún riesgo para los alérgicos.

Entre todos los ingredientes de la etiqueta, no siempre se indica el porcentaje de cada uno de ellos que se ha utilizado; no obstante, se encuentran ordenados de mayor a menor, constando primero aquellos de los que el alimento contiene mayor cantidad. Es especialmente importante comprobar el tipo de aceite utilizado en su elaboración y los azúcares antes de adquirirlo. Nuestra salud lo agradecerá.

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Información nutricional

Información nutricional
Fuente: Wikipedia/Nnacho33209 CC BY-SA 3.0

El etiquetado ha de incluir las cantidades de grasas, grasas saturadas, azúcares, proteínas, hidratos de carbono y sal, además de su valor energético. Los aditivos figuran detallados o bien con el nombre completo o bien con el número E, y algunos de los ingredientes deben especificarse de forma especial, como los cereales que contienen gluten, los crustáceos y sus productos, los huevos y productos de los huevos, los productos pesqueros, la espelta, el maní, la soja, los lácteos, las nueces y el sulfito en concentraciones de más de 10 mg/kg.

La información nutricional ha de incluir el tamaño de la ración por persona, el valor nutricional por 100 gramos, el aporte calórico y el aporte de macronutrientes (carbohidratos, proteína y grasas). De forma opcional, el fabricante puede incluir la información complementaria que considere oportuna.

Además de los ingredientes y la información nutricional, las etiquetas de los alimentos deben especificar el contenido neto, en unidades del sistema métrico en volumen para los líquidos, en peso para los sólidos y en peso o volumen para los semisólidos. De igual modo, debe constar el nombre y la dirección del fabricante, distribuidor, vendedor, envasador, importador o exportador y el país de origen.

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Duración y caducidad

Fecha de caducidad
Fuente: Wikipedia/Sir James

Las etiquetas de los alimentos deben tener una fecha de consumo preferente o una fecha de caducidad. La fecha de consumo preferente hace referencia al día hasta el que se puede tomar el alimento conservando sus propiedades y la calidad prevista, y suele indicarse como «consumir preferentemente antes del día/mes/año».

La fecha de caducidad ha de constar en los alimentos de carácter muy perecedero y señala el momento hasta el que se puede tomar el producto en buen estado y de forma segura. Se indica como «fecha de caducidad día/mes/año» y es la fecha límite de utilización. Todas las fechas siempre han de estar especificadas con números para evitar confusiones.

Por último, ten en cuenta que los alimentos envasados al vacío tardan más en caducar por su propio sistema de envasado; no obstante, aquellos alimentos procesados que se comercializan en envases o bolsas de plástico, y tienen fechas de caducidad de larga duración, contarán con más conservantes artificiales para ello.



Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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