Los productos ultraprocesados forman parte de nuestra vida y hay personas que los tienen muy presentes en su dieta. Sin embargo, abusar de ellos puede ocasionar algunos problemas que tal vez ni siquiera habías valorado.
Para que no te suceda, es necesario comprender cómo los ultraprocesados afectan a tu salud y a tu estado de ánimo. Cuando te des cuenta de cuál es la factura que pasan si los comes en exceso, podrás estimar mejor en qué cantidades consumirlos. Porque, como suele suceder en estos casos, el problema es convertir una excepción en un hecho habitual.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
El sistema de clasificación NOVA, instaurado por los especialistas en nutrición de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, diferencia entre cuatro categorías de alimentos. La primera de ellas son los alimentos sin procesar o que han sido procesados al mínimo, entre los que se incluyen las frutas, verduras, carnes y pescados frescos. En la segunda categoría se agrupan aquellos ingredientes procesados como el azúcar, la sal y el aceite. En una tercera categoría se hallan los alimentos procesados, como la mermelada, el queso y el jamón. Y, por último, en una cuarta, los alimentos ultraprocesados.
Los alimentos ultraprocesados son aquellos que, durante su fabricación, han sido objeto de diversos procesos industriales, como la hidrólisis, la hidrogenación y la extrusión. A través de ellos se consigue que sean productos listos para consumir, y que pasen de la despensa, nevera o congelador a tu mesa. A veces es necesario freírlos o calentarlos en el horno o en el microondas primero; en otras ocasiones, ni siquiera hace falta.
Alimentos ultraprocesados son los fiambres, los refrescos y gran parte de productos congelados, como las croquetas, las empanadillas, las pizzas, etc. Sin embargo, cuantos más procesos pasan los alimentos, más ingredientes artificiales necesitan, como conservantes, colorantes y saborizantes. También se les añaden azúcares añadidos, así como grasas trans y saturadas.
Consumo de productos ultraprocesados
Estudios científicos, como el publicado en BMJ (2022) con el título Joint association of food nutritional profile by Nutri-Score front-of-pack label and ultra-processed food intake with mortality: Moli-sani prospective cohort study, han demostrado que el consumo en exceso de este tipo de productos tiene como consecuencia una mayor cantidad de problemas de salud. Entre ellos se encuentran la obesidad, la diabetes tipo 2, el cáncer y las enfermedades gastronintestinales y cardíacas.
Obesidad y alimentos ultraprocesados
Bajo el título de Ultra-Processed Diets Cause Excess Calorie Intake and Weight Gain: An Inpatient Randomized, se publicó en la revista Cell Metabolism un estudio en el que se comparaban los efectos de una dieta saludable en adultos con otra basada en alimentos ultraprocesados. Los resultados no dejaban lugar a dudas.
Con la dieta ultraprocesada consumían 500 calorías más diarias que los otros, y ganaron casi un kilo durante el periodo de 14 días que duró el estudio. Por el contrario, cuando siguieron la dieta saludable, adelgazaron un kilo. Si hubieran continuado comiendo productos ultraprocesados a ese ritmo, en tres meses, habrían engordado unos seis kilos, además de incrementar su riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Alimentos ultraprocesados y cáncer
La relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el cáncer también lleva tiempo siendo investigada. En el estudio Ultra-processed food consumption, cancer risk and cancer mortality: a large-scale prospective analysis within the UK Biobank, del Imperial College de Londres, publicado en The Lancet en febrero de 2023, se estudiaron los hábitos alimenticios de miles de británicos entre 40 y 69 años de edad. Sus dietas, hábitos alimenticios y datos hospitalarios fueron monitorizados entre 2009 y 2021. Y el resultado tampoco dejó dudas, puesto que se concluyó que, a mayor consumo de alimentos ultraprocesados, había más riesgo de desarrollar un cáncer.
Depresión y demencia
Pero si la consecuencia del consumo abusivo de productos ultraprocesados en la salud física resulta más o menos conocido, suelen ignorarse los efectos sobre el estado anímico y mental. En un estudio de la aparecido en JAMA Neurology, donde participaron 10.775 personas de entre 35 y 74 años, a través de una década de seguimiento, se comprobó que aquellas que habían consumido más alimentos ultraprocesados presentaban un deterioro cognitivo de hasta un 28% más rápido que los que no. Otro factor de riesgo para desarrollar demencias.
Además de ello, la revista Nutrients también hizo público Ultra-Processed Food Consumption and Depressive Symptoms in a Mediterranean Cohort, un estudio en el que el consumo de estos productos se vincula al desarrollo de una depresión. Con la participación de 735 jóvenes de entre 18 y 35 años, constataron que aquellos que comían más alimentos ultraprocesados tenían más probabilidades de presentar síntomas depresivos.
Recuerda que, así como una dieta adecuada, saludable y variada previene la aparición de diversas enfermedades crónicas, una alimentación basada en productos ultraprocesados provoca todo lo contrario. Como consecuencia, cuanto más fresco esté el alimento que comas, más lo agradecerá tu salud, y podrás consumir alimentos procesados y ultraprocesados sin excederte.