Este artículo se publicó hace 13 años.
500.000 toneladas de gas ahogan el golfo de México
La concentración de metano se multiplicó por 75.000 tras el vertido de petróleo
En el vertido del golfo de México, calificado como un 11-S medioambiental por el presidente Barack Obama, no fue crudo lo único que emponzoñó las aguas. Junto a los más de cuatro millones de barriles de petróleo derramados, se liberó medio millón de toneladas de gases, principalmente metano y pentano.
El análisis de las aguas próximas al lugar en el que explotó la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, realizado por investigadores de la Universidad de Georgia (EEUU), revela que a determinadas profundidades la concentración de gases es 75.000 veces la normal, según publica hoy la revista Nature Geoscience.
Las aguas que fluyen por encima del lugar del vertido, a una profundidad de 1.500 metros, están sufriendo un "extenso y persistente agotamiento de oxígeno", según afirman los autores en su estudio.
En concreto, la zona más afectada está en la columna de agua comprendida entre 1.100 y 1.300 metros de profundidad. El problema puede ser muy duradero porque a esas profundidades el oxígeno se repone a un ritmo de décadas, debido a la presión y las bajísimas temperaturas. Los investigadores hablan de "copos helados de gas".
Falta de oxígeno"La oxidación microbiana del metano eliminará oxígeno durante un buen tiempo", asegura una de las responsables del estudio, Samantha Joye. Sin embargo, evita caer en el alarmismo al asegurar que no se trata "de amplias áreas de alta mar sufriendo hipoxia en el golfo de México". La hipoxia es un fenómeno que se da en los ecosistemas acuáticos cuando se reducen drásticamente los niveles de oxígeno, y tiene graves consecuencias en la biodiversidad de la zona.
En este caso, los investigadores aseguran que la alta concentración de gases a estas profundidades será decisiva en el desarrollo de las comunidades microbianas del golfo, lo que producirá un impacto en la cadena alimentaria de los ecosistemas de la zona. Los microbios consumen rápidamente los gases liberados, ya que "el metano es como un festín para ellos", según expresa Joye. El problema es que cuando estos pequeños organismos se alimentan de gases ponen en marcha un proceso que, a gran escala, puede generar aguas con escasos niveles de oxígeno.
Los autores del trabajo recogieron muestras de 70 puntos distintos alrededor del vertido a finales de mayo y principios de junio de 2010. Estar allí un mes después de la explosión en la plataforma les permite ahora calcular por primera vez la cantidad de gases que se propagaron por el Golfo.
Eso sí, reconocen que no pueden precisar qué camino han recorrido esos gases desde el momento del vertido. "Es como buscar una aguja en un pajar asegura Joye. Puede que nunca sepamos qué pasó con todo ese gas".
El vertido se produjo tras la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon, el 20 de abril de 2010, que provocó la muerte de 11 de sus operarios y el mayor vertido de crudo de la historia de EEUU. Un informe gubernamental concluyó en enero que el accidente se debió a los esfuerzos de la industria petrolífera por ahorrar costes económicos.
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