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Atapuerca llega a París con honores

El Museo del Hombre se consagra al yacimiento burgalés

ANDRÉS PÉREZ

El mítico Museo del Hombre de París, histórica institución que investiga y populariza la evolución de la Humanidad y la paleontología desde hace décadas, abrió sus puertas esta semana al Hombre de Atapuerca, para una exposición que de alguna forma constituye un relevo. Será la última del centro parisino antes de su cierre por obras, y significa el preludio a la apertura del futuro Museo de la Evolución Humana de Burgos.

París es la ciudad donde tantos paleoantropólogos defendieron con ahínco la idea de que el primer homínido europeo vivió hace sólo 500.000 años, y que lo hizo en la región francesa de Tautavel (sur). Ahora, con esta exposición, la principal institución francesa de prehistoria accede a reconocer la hominidad y la anterioridad de nuestro Homo antecessor. Los restos fosilizados encontrados en el yacimiento de Gran Dolina, datados en hasta 1,3 millones de años y -en algunos casos, piezas originas auténticas--, ocupan un lugar de honor en la muestra.

Las vitrinas presentan también reconstrucciones de rostros de los Homo antecessor, esos pre-neardentales del Pleistoceno que vivieron en Eurasia hace más de un millón de años, antes de lo que, hasta Atapuerca, pensó la ciencia dúrante casi todo el siglo XX.

Además de los Homo antecessor, también son protagonistas de la exposición sus sucesores en la Sierra burgalesa, los neardentales, datados en entre 350.000 y 500.000 años. Es esa rama de heidelbergensis y de Neardentales, descendientes del antecessor, la que vivió en Europa y se extinguió. Fue reemplazada por los Homo sapiens, para llegar luego al estadio actual: el Homo sapiens sapiens.

En la exposición que ofrece a los parisinos la primicia del futuro Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos, pueden observarse también imágenes del estilo de vida de los de Atapuerca, su canibalismo ritual y sus ritos funerarios.

Según los co-organizadores, el Museo del Hombre de París y la Junta de Castilla y León, más allá de su carácter simbólico, esta exposición, que estará abierta hasta mediados de mayo, constituye una declaración de intenciones sobre la cooperación entre los paleontólogos franceses y españoles.

En París, el de Atapuerca viene a desempolvar dos debates que habían agitado a los especialistas en Evolución Humana durante treinta años. Primer debate: Los homínidos sí existieron en Europa hace mucho más de 500.000 años, contrariamente a lo que se creía. Los restos de antecessor, que vivieron hace más de un millón de años en lo que hoy son los yacimientos de Gran Dolina de Atapuerca así lo prueban.

Segundo debate: Contrariamente a la idea de la migración constante desde Africa, desde hace unos cinco millones de años, en sentido único hacia Europa, empieza a despuntar un mapa bastante más movido y dispar de migraciones.

Los primeros humanos de Atapuerca, y el hallazgo de sus primos, muy recientemente, en el Cáucaso (yacimiento georgiano de Dmanisi), indican que, al menos en el último millón y medio de años, esto ha sido un vaivén constante entre Africa y Eurasia.

 

 

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