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Bienvenidos a la catedral de la evolución humana

Hoy se inaugura el nuevo museo de Burgos en el que se exhiben 30 años de hallazgos fósiles en Atapuerca. Es el único en el mundo que expone piezas reales y no reconstrucciones

NUÑO DOMÍNGUEZ

Cualquier Homo sapiens que lea estas líneas tiene desde hoy un lugar único para mirar cara a cara a sus antepasados remotos. Hoy se inaugura en Burgos el Museo de la Evolución Humana (MEH), que exhibe hasta 200 fósiles recobrados de los yacimientos de Atapuerca, incluidos los de Homo antecessor, la especie humana autóctona que habitó estas tierras hace más de un millón de años.

Situado frente a la catedral, el centro será un referente de la evolución humana que incluye reconstrucciones únicas del simiesco australopiteco que habitó África hace más de tres millones de años, o el misterioso hombre de neandertal con el que los sapiens tuvieron hijos y compartieron Europa hasta hace unos 35.000 años.

El centro exhibe 200 fósiles, incluidos los de Homo antecessor'

'La apertura de este museo marca la primera vez en la historia que se exhiben fósiles humanos originales de forma permanente', explica José María Bermúdez de Castro. Para él, como para Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell los tres codirectores de Atapuerca y asesores científicos del museo, el día de hoy es la culminación de un empeño que comenzó hace 30 años, cuando excavaban sin apenas dinero ni medios. Su esfuerzo se ha visto recompensado con publicaciones en las revistas científicas más prestigiosas y el respeto de la comunidad investigadora internacional. Pero el mejor fruto son los restos fósiles que abarcan un millón de años de evolución humana en este rincón de Burgos.

'Es el mayor proyecto mundial en el campo de la evolución humana', explica Arsuaga, 'tanto en el número de fósiles como en el tiempo que abarca', más de un millón de años.

La inauguración de hoy, presidida por la reina Sofía, culminará un proyecto de diez años en el que la Junta de Castilla y León ha invertido 70 millones de euros. 'Un museo como este supondría una revolución en cualquier ciudad del mundo', señala María José Salgueiro, consejera de Cultura y Turismo. El centro, cuya creación aprobó en 1999 el entonces alcalde de Burgos, Ángel Olivares (PSOE), será una pieza clave del llamado Sistema Atapuerca, que incluye la posibilidad de visitar el yacimiento, a 15 kilómetros de Burgos, un centro de interpretación en Ibeas de Juarros, cuya construcción concluirá en 2011, y un parque arqueológico donde los visitantes podrán tirar lanzas al estilo neandertal o visitar chozas como las que habitaban sus ancestros. 'Estamos en un momento de inflexión', explica Javier Vicente, director del MEH. 'Ahora el reto es que todos los centros funcionen en red', detalla.

Incluye nueve reconstrucciones detalladas de homínidos

Dentro del museo, unos expositores reciben al visitante con muestras del paisaje de Atapuerca tal como fue hace unos 850.000 años, cuando vivió el antecessor, o hace 50.000, cuando los neandertales tomaron el lugar.

A continuación se muestran las joyas de la corona. Se trata, por ejemplo, del cráneo de Miguelón, un Homo heidelbergensis de hace 500.000 años que fue desenterrado en 1992 en la Sima de los Huesos, uno de los yacimientos de Atapuerca más productivos. El descubrimiento dio un impulso a las excavaciones y engrosó las aportaciones con las que los gobiernos central y regional venían financiando el proyecto.

Los responsables esperan unos 300.000 visitantes al año

La colección también incluye otros tesoros de la evolución, como los fragmentos de frontal y maxilar humano desenterrados en la Gran Dolina, con los que el equipo pudo definir a su especie característica, el antecessor de hace 800.000 años. Se suman también la pelvis Elvis, la más completa de un homínido de hace medio millón de años hallada hasta el momento, y Excalibur, una polémica herramienta de piedra bifaz que los expertos responsables de la excavación creen que prueba que los humanos de Atapuerca ya realizaban ritos funerarios. Bermúdez de Castro y su equipo creen que el objeto era un homenaje póstumo a un fallecido, por lo que los habitantes de Atapuerca eran capaces de un comportamiento simbólico, algo que otros expertos rechazan.

'En el nivel de fósiles, este museo no tiene competidor', celebra Eudald Carbonell, otro de los responsables del yacimiento de la sierra burgalesa. 'Vamos a ser un ejemplo a seguir', opina.

En la siguiente planta del museo espera una representación de la familia humana mucho más extensa en el tiempo que la que pobló la sierra de Burgos. Se trata de nueve esculturas de otros tantos ancestros humanos. 'Cada una se ha realizado en base a los cráneos fósiles hallados y ha llevado cuatro meses de trabajo', explica Peggy Martin, una de las expertas que se ha encargado de realizar las reconstrucciones.

El equipo de Martin, ligado a una empresa francesa especializada en museos de este tipo, ha trabajado con Juan Luis Arsuaga para reconstruir a Miguelón. 'Arsuaga nos dio una réplica exacta del cráneo', explica Martin. A partir de esa pieza, los expertos rearmaron el esqueleto basados en otras pruebas fósiles. Luego, con ayuda del médico Jean-Noël Vignal, que trabaja en el Instituto Forense de la Gendarmería Nacional de Francia, recompusieron sus músculos, grasa y piel. 'Colocamos el vello pelo a pelo', asegura Martin. Tal vez por eso cada una de las obras cuesta unos 40.000 euros. El gran ausente de la colección es el antecessor, pues los fragmentos de su cráneo no son suficientes para hacer una reconstrucción en condiciones. 'Hacerlo sería pura interpretación', lamenta Martin.

El siguiente nivel del museo realiza un recorrido por la teoría de la evolución de Charles Darwin, el barco Beagle en el que el científico realizó su viaje a las Galápagos, y también ofrece un monográfico sobre una de las cimas de la evolución: el cerebro humano. Por último, se reconstruyen pasos claves como la fabricación de herramientas, el dominio del fuego o la creación de arte.

La entrada al museo costará 6 euros. La visita completa, que incluye los yacimientos y el parque arqueológico, cuesta 14. 'Hace un par de años, calculamos que recibiríamos unos 300.000 visitantes al año', explica Vicente. 'Es posible que esa cifra baje por la crisis pero esperamos que funcione el boca a boca, porque ofrecemos la mejor materia prima', concluye. 

El cráneo 5 hallado en 1992 en la Sima de los Huesos es una de las joyas de la exposición del MEH. El equipo de Atapuerca lo bautizó como Miguelón' para honrar las hazañas de Miguel Indurain en el Tour de Francia. Perteneció a un Homo heidelbergensis' que vivió en Atapuerca hace medio millón de años. Tenía unos 35 años y sufrió una seria infección en el lado izquierdo de la cara, debida a la rotura de un diente que probablemente acabó con su vida. El cráneo se expone en condiciones de humedad e iluminación idóneas para que no se dañe.

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