La gestión de la conservación de la naturaleza en España corresponde mayoritariamente a la Administración, que es la encargada de declarar, delimitar y proteger los espacios naturales en todo el territorio. Sin embargo, buena parte de la naturaleza ibérica se encuentra en manos privadas. El concepto conocido como 'custodia del territorio' amplía a diversos sectores sociales la implicación en la conservación del medio natural, promoviendo la participación de propietarios de terrenos, asociaciones, empresas privadas o redes ciudadanas.

'Tiene que ser una herramienta que sirva, entre otras cosas, para que los propietarios rurales que tienen fincas privadas sean recompensados, por ejemplo, en forma de desgravaciones fiscales, por la labor no reconocida que realizan al colaborar en la riqueza de los paisajes o favorecer la biodiversidad', comenta Jordi Sargatal, experto en custodia del territorio, durante las jornadas sobre conservación de la biodiversidad en el medio rural impartidas recientemente en Benia de Onís (Asturias).

Aportaciones particulares

Aunque el concepto es poco conocido, ya en 1978 la asociación ecologista extremeña Adenex constituyó varias reservas biológicas en terreno privado. En 1980, la sección mallorquina del Grup Balear dOrnitologia (GOB) compró una finca en la Sierra de Tramuntana, que estaba en trámites de ser urbanizada, gracias a las aportaciones de artistas, instituciones privadas, organizaciones internacionales y ciudadanos.

En Catalunya, Baleares y Andorra, hoy en día, trabaja la Xarxa (red) de Custòdia del Territori (XCT), que es el grupo más activo y estructurado en España. Catalunya protege así ya el 4% de su territorio. La Fundación Territori i Paisatge, de la que Jordi Sargatal fue director, ha logrado firmar, en sus 11 años de existencia, 65 convenios y ha ayudado a gestionar 144.000 hectáreas de territorio. Aunque la custodia del territorio se encuentra, en bastantes casos, en fase de proyecto, existe ya un número importante de organizaciones que llevan años promoviendo actuaciones en toda España, como SEO, WWF/Adena, Fapas o la Fundación Oso Pardo.

En todo caso, en otros países, como EEUU, Canadá o Reino Unido, la custodia se encuentra a otro nivel. El National Trust inglés, por ejemplo, tiene 112 años de existencia y tres millones de socios.

Proteger valores de especial relevancia, como, por ejemplo, un hábitat, un arroyo, una especie animal o un elemento histórico.

Promover prácticas de buen uso y conservación de los recursos naturales.

Impulsar la participación ciudadana en la gestión y conservación del territorio.

Apoyar a los propietarios de fincas de especial interés, teniendo en cuenta sus necesidades y las del medio que habitan.

Apelar a valores espirituales de la sociedad, como el reconocimiento del valor intrínseco de la naturaleza y la responsabilidad de la humanidad para conservarla.