El gran cohete Starship de la empresa SpaceX del multimillonario Elon Musk ha explotado en el aire cuatro minutos después de lo que parecía un exitoso despegue. Los ingenieros de la compañía han señalado que dan por buena la prueba pese a no cumplir los planes previstos inicialmente.

"Como si la prueba de vuelo no fuera lo suficientemente emocionante, Starship experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la separación de la etapa", ha indicado la empresa. Así ha sido el despegue, la explosión y, sí, la celebración de los empleados de SpaceX:

Se trataba del primer vuelo de prueba antes de transportar personas y carga a la órbita terrestre, la Luna y Marte. El equipo técnico de SpaceX cancelaron este lunes el primer intento de despegue del supercohete, formado por una nave (Starship) y un propulsor (Super Heavy Rocket) completamente integrados, al detectar que una válvula de presurización estaba congelada.

A pesar de la explosión, que SpaceX ha bautizado como "un rápido desmontaje no programado", la compañía se ha felicitado por la prueba. "Con un test como este, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la fiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria", ha comentado en Twitter la empresa, que ha añadido que su equipo continuará revisando datos y trabajando para un próximo intento.

El propio Elon Musk ha publicado otro tuit con el que ha felicitado a los trabajadores de SpaceX por "el emocionante lanzamiento de prueba". "He aprendido mucho para el próximo lanzamiento de dentro de unos meses", ha añadido el multimillonario.

Numerosos empleados de SpaceX siguieron el lanzamiento desde las instalaciones de la compañía en Texas, EEUU, con gran excitación y aplausos.  Tras alcanzar una altitud superior a los 30 kilómetros, el cohete empezó a cabecear y finalmente perdió su orientación hasta que explotó en el aire. 

Según el plan de vuelo, estaba previsto que el Starship se separase poco después y retornase a tierra para realizar un amerizaje controlado cerca de Starbase. La idea era que el coche alcanzara la órbita y cruzara el globo sobre el Atlántico, África, el Índico y el Pacífico para impactar al norte de Hawai. El vuelo iba a extenderse durante una hora y media.

Starship es también el cohete más grande jamás construido, con una altura de 120 metros cuando está completamente apilado. Pero se hará aún más grande, otros diez metros, más o menos, reveló Musk recientemente. El equipo también ha construido la torre de lanzamiento y captura de cohetes más alta del mundo. Con 146 metros, la torre de lanzamiento y captura está diseñada para apoyar la integración, el lanzamiento y la captura del vehículo del propulsor.