Este artículo se publicó hace 13 años.
"Te lo debemos, Steve, nos has dado mucho"
Un pequeño ramo de flores, unas palabras escritas en una carta, unas velas. En muchas tiendas Apple de EEUU se multiplicaron ayer los homenajes espontáneos a Steve Jobs. En la del Upper West Side, la última en abrir de las cuatro que tiene en Manhattan (Nueva York), unos cuantos simpatizantes anónimos habían dejado muestras de cariño en la calle contra la estructura acristalada. La portada del diario gratuito local AM New York, con la foto de Jobs con su legendario jersey negro de cuello alto, una biografía iCon, escrita por Jeffrey Young y William Simon, unas manzanas, un vaso de lo que parecía alcohol y un mensaje en coreano con subtítulos "Te lo debemos, Steve, nos has dado mucho, gracias para siempre" son algunos ejemplos. En el bullicio de Broadway, algunos transeúntes tomaban fotos (con sus iPhones) del modesto tributo.
Margarita Deluis, que había venido a comprarse un nuevo MacBook, recordaba su larga relación con la marca sembrada de infidelidades con Microsoft. "Me regalaron mi primer Powerbook en 1997, me acuerdo muy bien. Era gris, y la pantalla era en blanco y negro aunque acababan de sacar una en color demasiado cara. Lo usé durante muchos años pero entonces era más difícil y más caro encontrar productos que fueran compatibles así que me pasé al PC sin mucho entusiasmo", explicaba. "Luego me compré un iPod en 2004 y todavía funciona. Había seguido mucho el fenómeno Naspter, cuando era pirata, y era obvio que la música se vendería por internet. Ahora soy una fan, no puedo vivir sin mi iPhone. Tengo metida ahí toda mi vida y tengo dos ordenadores".
En la tienda todo estaba bastante tranquilo. "Me acuerdo de pasar horas delante de mi ordenador Apple mientras estudiaba... todas esas horas por la noche para intentar sacar los exámenes", comentaba Charles Gobulli, contable, que se declara fan incondicional de Jobs. "Lo que más me inspira del personaje es cómo volvió a la compañía. Cuando regresó, fue todavía más brillante que al principio. Es una gran lección de vida".
En la Quinta Avenida, la tienda sin duda más conocida por los turistas (y cuya cristalera está temporalmente cubierta por un andamio) los fans pegaron sus mensajes de condolencia. "Es realmente triste que se fuera tan joven, fue realmente un inventor increíble", decía Gary Salmon, estudiante de Brooklyn, que acudió sólo para rendir homenaje a Jobs.
Escenas parecidas se produjeron en otras de las 245 tiendas del país pero sobre todo en Tysons Corner (Virginia) y Glendale (California), las dos primeras que se abrieron en 2001. En el cuartel general de Apple, en Cupertino (California), muchos fans también se acercaron a la dirección que figura en todos los iPhones para dejar, bajo la mirada de las cámaras de televisión locales, ofrendas en memoria de Jobs.
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