Público
Público

Descubren en Tanzania reservas de helio, un elemento escaso del que dependen los escáneres médicos

El gas de los globos de fiesta es un valioso recurso natural cuya escasez preocupa en todo el mundo

Tom Abraham-Jones, director de Helium One, observa emanaciones de helio en el valle del Rift en Tanzania.- PETE BARRY

MALEN RUIZ DE ELVIRA

MADRID. -El ligero helio es el segundo elemento más abundante en el Universo -el Sol y Júpiter están formados en gran parte por este gas noble- pero en la Tierra es un recurso natural tan escaso que preocupa cómo se va a asegurar su suministro en los próximos años. Por eso, el anuncio de que se han localizado reservas de helio en el subsuelo de Tanzania utilizando un método nuevo ha provocado esperanza entre las comunidades médica, científica y técnica mundiales, para las que resulta imprescindible, y el interés del mundo económico.

El mismo gas con el que llenamos los globos de fiesta y que nos cambia la voz al inhalarlo permite que funcionen los escáneres hospitalarios y también se utiliza ampliamente en las industrias electrónica, nuclear y espacial, además de en la investigación científica. Una razón es su valor como refrigerante, ya que es el elemento que se hace líquido a la temperatura más baja de todos los existentes. Sin el helio no funcionarían los imanes superconductores de las máquinas para obtener resonancias y tampoco el acelerador LHC del CERN con el que se descubrió el bosón de Higgs, ni el futuro reactor de fusión nuclear ITER.

Hasta ahora el helio se extrae, cuando se detecta, como subproducto en los yacimientos de gas natural, pero las reservas están disminuyendo tanto que su precio se ha cuadruplicado en los últimos años. Por eso científicos de las universidades británicas de Oxford y de Durham trabajan con la empresa Helium One para detectar nuevas reservas accesibles de helio.

“Al combinar lo que sabemos sobre la geoquímica del helio con imágenes sísmicas de estructuras en las que queda atrapado el gas, se ha calculado que pueden existir, solo en una zona del valle del Rift, recursos equivalentes a 1.500 millones de metros cúbicos, casi siete veces el consumo anual mundial de helio, o lo que necesitan 1,2 millones de escáneres”, dice Chris Ballentine, de la Universidad de Oxford.

Escáner médico de imágenes por resonancia magnética.-SIEMENS

El Gran Valle del Rift es una zona activa, geológicamente situada, en parte, en territorio de Tanzania. Las investigaciones señalan que la actividad volcánica proporcionó allí las altas temperaturas necesarias para que el gas emanase de rocas antiquísimas en las que estaba atrapado y pasara a depósitos naturales a menor profundidad, explica la universidad.
Sin embargo, es pronto para echar las campanas al vuelo, indican otros expertos que no han participado en la investigación. Faltan por identificar las zonas concretas en las que la concentración de helio es suficiente para poder explotarlo, ya que puede diluirse en gases como el dióxido de carbono en las áreas más cercanas a los volcanes. También será necesario construir una planta de purificación de helio con un coste aproximado de 100 millones de dólares. “Esperamos poder adecuar la producción a las necesidades mundiales”, ha declarado Tom Abraham-Jones, director y fundador de Helium One, una empresa con sede en Noruega fundada hace un año, a la revista de la Sociedad Americana de Química.

El anuncio de este descubrimiento en Tanzania lo hizo Diveena Danabalan, un estudiante de doctorado de la Universidad de Durham, en el congreso Goldschmidt de geoquímica que se celebró en Japón la semana pasada. El investigador Pete Barry, de la Universidad de Oxford, quien analizó los gases hallados, señala: “Podemos aplicar la misma estrategia a otras partes del mundo con una historia geológica similar para encontrar nuevas reservas de helio”. Estas reservas no estarían ligadas a yacimientos de petróleo y gas natural como hasta ahora.

Desde principios del siglo XX, Estados Unidos ha sido el principal suministrador de helio, debido a que lo atesoró al considerarlo un recurso estratégico, en principio para los dirigibles y luego para otros usos. Esto ha distorsionado durante mucho tiempo el mercado mundial, pero la creciente escasez ha hecho que se tomen medidas para reciclar el helio en algunas aplicaciones, como las médicas, aunque no ha sido suficiente. En 2010, el premio Nobel de Química Robert Richardson alertó de la situación de este recurso natural no renovable que la Tierra ha acumulado durante los 4.700 millones de años de su historia, e incluso pidió que se limitara el uso de globos recreativos, porque todo el helio que llega a la atmósfera se pierde para siempre. En el aire hay un pequeño porcentaje de este gas noble, pero extraerlo resultaría carísimo.

Además de para usos frívolos como los globos de cumpleaños, este descubrimiento, si se hace realidad, es una buena noticia también para el futuro del gigantesco dirigible de última generación Airlander, cuyo primer vuelo está al caer, y otros vehículos similares en desarrollo.

El interés económico es el que ha llevado a buscar intencionadamente helio, un elemento que se identificó en 1868 en el espectro de una estrella, por primera vez en su historia. Es un caso similar a los planes de explotación a gran escala de litio en el salar de Uyuni en Bolivia, con vistas al incremento de la demanda previsto, para las baterías de coches eléctricos. También se puede comparar con la reciente compra por Estados Unidos de grandes cantidades de agua pesada a Irán, una vez que este país ha sido obligado a abandonar su programa de investigación nuclear.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?