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Devotos de lo retro

Miles de aficionados a los ordenadores antiguos se reúnen en la feria Retromadrid

JOSÉ MARÍA MATEOS

Un simple vistazo a cualquier catálogo actual de proproductos informáticos anuncia que, por unos pocos cientos de euros, se pueden comprar ordenadores con varios y potentes procesadores de 64bits y que disponen de centenares de gigabytes en su disco duro. Pero hubo otros tiempos en los que los ordenadores sólo tenían procesadores de 8 bits y contaban con una memoria miles de veces inferior ala actual.

Los nostálgicos de esos tiempos se reunieron el pasado fin de semana en el centro cultural El Greco (Madrid) en Retromadrid, un evento organizado por la Asociación de Usuarios de Informática Clásica. En palabras de la organización, la idea es 'potenciar y dar un espacio a los orígenes de la informática, así como preservar y dar a conocer unos aparatos que fueron protagonistas en la gestación de la revolución de la sociedad de la información'.

Un total de 21 expositores diferentes pueblan el centro cultural, al que asistieron, según la organización, casi 1.100 personas. En la entrada, un viejo Amstrad reproduce una melodía familiar. En la pantalla se observan dos pixelados monjes se pasean por un monasterio; es el juego La Abadía del Crimen, un clásico del año 1987 basado en la obra de Umberto Eco El nombre de la rosa y desarrollado por la compañía española Opera Soft.

Manos a la obra

Los nostálgicos de la retroinformática se empeñan en demostrar que los sistemas antiguos siguen siendo capaces de llevar a cabo tareas complejas, y también animan al visitante a ponerse manos a la obra. Los responsables de marcianitos.org, por ejemplo, repartieron trípticos donde explicaban los pasos básicos para montarse en casa una máquina recreativa. 'Por unos 150 euros, más 100 de transporte, puedes hacerte con una carcasa', explicaba uno de ellos. Una de las recreativas de exposición fue sorteada en una rifa.

En el centro de la sala, en una mesa aislada, se mostraban viejos modelos de Mac, el sistema de Apple que este año cumple 25 años. Había un Macintosh 128k y un PowerMac 6100 que, con una ampliación de memoria, puede ejecutar programas actuales, como Firefox o Thunderbird. Al fondo, diversos expositores muestran equipos antiguos, de esos que todo el mundo ha tenido por casa: un ZX Spectrum, una Dreamcast, una Neo-Geo, un pequeño surtido de Gameboys...

No sólo de expositores vive la feria: además de diversas conferencias, talleres y un mercadillo repleto a todas horas, varios nombres importantes de la escena española del videojuego de los ochenta se han dado cita para firmar juegos y contar anécdotas. Entre ellos está Alfonso Azpiri, ilustrador de carátulas de gran número de títulos como Lorna, Mot o el recién estrenado La Corona Encantada, o César Astudillo Gominolas, compositor de la música de incontables juegos de la ya extinta Topo Sof. El propio Azpiri resumía el espíritu de este encuentro al hacerse una fotografía con algunos de sus admiradores: 'Que vean que seguimos vivos'.

La palabra adecuada para definir esta reunión no es tanto nostalgia como devoción. Aún a día de hoy se siguen produciendo títulos para estas máquinas. Es el caso, como cuenta Alfonso Fernández, de ‘Viaje al centro de la Tierra’: “20 años después, hemos decidido terminarla, como homenaje”, explica. Lo mismo ha ocurrido con ‘La corona encantada’, de Karoshi o ‘Insert Coins 2’, de Octocom: son cintas para Spectrum en pleno 2009. Sus creadores lo hacen, obviamente, únicamente por amor al arte, porque, como dice Jorge del Llano, de Octocom: “Se trata de mantener viva la máquina”.

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