Este artículo se publicó hace 14 años.
La discutible ética del doctor House y otros médicos de ficción
Un estudio dice que los protagonistas de las series hospitalarias no actúan según los protocolos reales
Fotograma de un capítulo de la serie ‘Anatomía de Grey’, que lleva seis temporadas en antena en EEUU y España.
¿Aguantaría usted que un médico le obligara a gritos a hacerse una prueba experimental innecesaria? ¿Y observar, postrado en cama a la espera de una operación, cómo los dos especialistas que han de abrirle se ven envueltos en una pelea de enamorados? La respuesta, seguramente, es negativa, pero es la realidad que reflejan dos de las series de televisión ambientadas en hospitales más vistas: Anatomía de Grey y House.
Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) ha puesto de manifiesto que, además de tener un atractivo físico por encima de la media, los facultativos de la tele demuestran una profesionalidad cuestionable y que, ante los diversos dilemas éticos, no siempre actúan según los protocolos.
Aunque los autores, dirigidos por el profesor de Bioética Jeremy Sugarman, aclaran que la finalidad de las series ambientadas en hospitales es entretener, consideran que su análisis es útil como paso previo al estudio de la influencia que estos dramas tienen tanto en los pacientes como en los propios médicos. De hecho, señalan que ya hay casos en que fragmentos de estas series se proyectan en las facultades de Medicina.
Los investigadores analizaron 50 capítulos de las dos series médicas más vistas durante el curso 2005-2006 e identificaron 179 descripciones de situaciones con implicación bioética, que clasificaron en 11 áreas, incluyendo la oferta de consentimiento informado (el documento que han de firmar en la vida real todos los pacientes que se someten a una cirugía), la muerte, la confidencialidad o el derecho a rechazar un tratamiento, entre otros.
Precisamente el primero de los asuntos es el que peor parado sale en las series médicas, ya que sólo en el 43% de los casos los especialistas retratados en la pequeña pantalla actuaba correctamente, es decir, discutiendo de forma equilibrada con los pacientes sobre las opciones terapéuticas. En el resto de los casos, los médicos rehusaban responder a las preguntas de los pacientes o incluso dejaban de ofrecerles la firma del documento deconsentimiento.
Otra de las conductas incorrectas más reflejadas en la televisión es la ausencia de penalización para aquellos profesionales que se saltan las normas éticas elementales de los hospitales, con el doctor House y sus insultos a los pacientes en cabeza.
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