Este artículo se publicó hace 15 años.
"El e-mail era lo que yo necesitaba"
Raymond Samuel Tomlinson incorporó la arroba, que se ha convertido en todo un símbolo de la era digital
Raymond Samuel Tomlinson (Nueva York, 1941) diseñó en 1971 la primera aplicación de correo electrónico de Arpanet. También incorporó la arroba (@) para separar el nombre del usuario y el del servidor, y que se ha convertido en todo un símbolo de la era digital.
El primer correo electrónico se lo envió a sí mismo utilizando dos ordenadores diferentes. Entonces creyó que el correo electrónico podría ser muy útil para quien tuviese un ordenador y estuviese conectado a una red, pero por aquel entonces, la empresa para la que trabajaba Tecnologías BBN sólo disponía de 28 ordenadores a los que tenían acceso un millar de personas. Estar conectado a una red ya eran palabras mayores. Enviar un mensaje de un terminal a otro no parecía tan importante, pero lo cierto es que Tomlinson, que ayer recibió el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, nunca volvió a escribir una carta. "El correo electrónico era lo que yo necesitaba", dice.
"Internet estará en las puertas de los garajes y en los electrodomésticos"
Electrodomésticos on-lineBBN desarrolló el sistema operativo Tenex, que incluía Arpanet y Telnet. Después, el correo electrónico supuso toda una revolución. "Nunca imaginé que estas tecnologías fuesen a expandirse con tanta rapidez", confiesa. Pero hoy, 40 años después de que Arpanet diese sus primeros pasos, cree que las redes seguirán extendiéndose. "Internet será universal", afirma. "La encontraremos en sitios en los que antes no podíamos imaginar que fuese necesario: en las puertas de los garajes, en los electrodomésticos..." Otro de los retos es aplicar este flujo de información que circula por la red a la salud, que se puedan recoger datos de los pacientes y transmitirlos. Eso podría salvar vidas.
Tomlinson está convencido de que Internet "suplantará las funciones del papel". También de la memoria. El correo electrónico, por ejemplo, no sólo se usa para enviar mensajes, también funciona como una agenda o como organizador de contactos. "Es como una memoria secundaria", admite Tomlinson. "No puedo recordar todos los mensajes que me mandan, pero siempre los tengo ahí para consultarlos".
"La Red no está a pleno rendimiento. El límite es la idea, no la tecnología"
En la década de 1960, cuando Tomlinson comenzaba su carrera, la Red de redes aún no existía. "El correo electrónico fue un impulso, un motor para que se extendiese esa tecnología", recuerda. Hoy es consciente de que el futuro está en las comunicaciones inalámbricas "hacia los teléfonos móviles y hacia los ordenadores".
En este momento del desarrollo de Internet, cualquier cosa es posible. "Van a venir muchas cosas más, Internet aún no está a pleno rendimiento", reconoce. "El factor limitante no es la tecnología, sino las ideas".
Raymond Samuel Tomlinson (Nueva York, 1941), diseñó en 1971 la primera aplicación de correo electrónico de ARPANET. Era una síntesis de los programas SNDMSG y CPYNET, uno servía para la comunicación entre personas usando el mismo ordenador, el otro era un programa para enviar archivos de un programa a otro. También incorporó el símbolo de la arroba, todo un símbolo de la era digital, para separar el nombre del usuario y el del servidor.
El primer e-mail de la historia se lo envió a sí mismo utilizando dos ordenadores diferentes. Entonces creyó que el correo electrónico podría ser muy útil para quien tuviese un ordenador y estuviese conectado a una red, pero por aquel entonces, la empresa para la que trabajaba -Tecnologías BBN-, sólo disponía de 28 ordenadores a los que tenían acceso un millar de personas. Estar conectado a una red ya eran palabras mayores. Enviar un mensaje de un terminal a otro no parecía tan importante, pero lo cierto es que Tomlinson nunca volvió a escribir una carta: el e-mail "era lo que yo necesitaba".
BBN desarrolló el sistema operativo TENEX, que incluía ARPANET y TELNET. Luego el correo electrónico supuso toda una revolución.
"Nunca imaginé que estas tecnologías fuesen a expandirse con tanta rapidez", confiesa. Pero hoy, cuarenta años después de que ARPANET diese sus primeros pasos ya ve que las redes seguirán extendiéndose. "Internet será un universal -afirma-, lo encontraremos en sitios en los que antes no podíamos imaginar que fuese necesario: en las puertas de los garajes, en los electrodomésticos... Ya hay tecnologías desarrollándose en ese sentido".
Otro de los retos es aplicar este flujo de información que circula por la red a la salud, que se puedan recoger datos sensoriales de los pacientes y transmitirlos a otro punto. Eso podría salvar vidas.
Tomlinson está convencido de que Internet "suplantará las funciones del papel". También de la memoria. El correo electrónico, por ejemplo, no sólo se usa para enviar mensajes, también funciona como una agenda o como organizador de contactos. "Es como una memoria secundaria -admite Tomlinson-, no puedo recordar todos los mensajes que me mandan, pero siempre los tengo ahí para consultarlos".
En los años 60, cuando Raymond S. Tomlinson comenzaba su carrera, la red de redes aún no existía. "El correo electrónico fue un impulso -recuerda- un motor para que se extendiese esa tecnología". Hoy es consciente de que el futuro está en las comunicaciones inalámbricas "hacia los teléfonos móviles y hacia los ordenadores".
En este momento del desarrollo de Internet, cualquier cosa es posible. "Van a venir muchas cosas más, Internet aún no está a pleno rendimiento -reconoce-. El factor limitador no es la tecnología, sino las ideas".
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