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EEUU debate si comer salmón transgénico a ciegas

Expertos del Gobierno aseguran que la variedad es igual que la especie natural, lo que permitiría su venta sin etiquetas

PÚBLICO / AGENCIAS

El salmón transgénico podría aterrizar en el plato de los estadounidenses sin haber sido invitado. Los estudios preliminares de la Agencia de Alimentos y Medicamentos del Gobierno federal (FDA), que debe aprobar su posible venta, no han detectado nada que lo haga peligroso para su consumo humano, según The New York Times y otros medios estadounidenses.

De hecho, los informes, presentados hace unos días, consideran que el animal no es diferente a un salmón natural, lo que facilitaría su aprobación y permitiría que se vendiese sin una etiqueta que avise de su procedencia a los consumidores, algo que indigna a consumidores y ecologistas.

La nueva variedad transgénica se llama AquAdvantage, una marca registrada tras la que se esconde un salmón del Atlántico al que se han introducido genes del salmón real del Pacífico y de un pez similar a una anguila. El apaño le aporta una dosis extra de hormonas de crecimiento que le hacen desarrollarse dos veces más rápido y estar listo para la venta en la mitad de tiempo, lo que permitiría, según sus creadores, abastecer la creciente demanda de pescado en EEUU y otros países.

'El salmón AquAdvantage es tan seguro como cualquier otro salmón del Atlántico', explicó el lunes Kathleen Jones, una de las expertas de la FDA, a The Washington Post.

Fuera de las puertas de la agencia las cosas no están tan claras. Un comité de expertos y activistas independientes reunidos por la agencia concluyó el lunes sin un resultado definitivo. No se presentaron estudios concluyentes que demostrasen que el salmón puede ser dañino, pero algunos expertos dijeron que los análisis de la FDA que apoyan que el pescado es inocuo tampoco son válidos, pues sólo han analizado unas pocas decenas de peces.

La falta de estudios podría alargar el ya de por sí farragoso proceso de aprobación, que comenzó en 1995 y que puede tardar aún varios meses y requerir complejos estudios de impacto ambiental. De ser aprobado, el AquAdvantage se convertiría en el primer animal modificado genéticamente para consumo humano en EEUU.

El creador de AquAdvantage, Ron Stotish, que se jacta de haber probado ya la carne de sus salmones, defendió que la criatura es totalmente apta para ser comida y que además aliviaría el problema de la sobrepesca de peces salvajes. Los ecologistas no comparten su versión y alertan de que esos animales podrían escaparse de las piscifactorías e introducir cambios en las poblaciones salvajes imposibles de revertir. Eso supondría que los estadounidenses y seguramente el resto del mundo comería peces transgénicos sin saberlo.

Esa posibilidad está más cerca de lo que parece, ya que la FDA no sólo podría aprobar la nueva especie, sino también dejar que se venda sin etiqueta que explique su procedencia. Según explica The Washington Post, la pegatina sólo sería obligatoria si se prueba que los AquAdvantage son distintos de los salmones normales, algo que acaba de descartar. Al cierre de esta edición, otro comité de expertos convocado por la agencia discutía si se debe incluir o no una etiqueta para indicar al consumidor si su salmón es transgénico.

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