Este artículo se publicó hace 15 años.
Europa abre la puerta al cultivo de medicamentos
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria publica una guía para el cultivo seguro de vegetales transgénicos que producen medicinas. Comienza en 2010 un ensayo clínico de maíz contra el sida financiado por la UE
La Unión Europea acaba de abrir la puerta a una nueva generación de vegetales que se cultivarán en el campo pero se venderán en las farmacias. Se trata de cultivos cuyos genes han sido modificados para producir medicamentos. La variedad podría incluir maíz contra el sida, arroz contra la alergia, arbustos que producen insulina e incluso plantas de tabaco de las que extraer vacunas.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de publicar una guía para que aquellas empresas que quieran comenzar a cultivar estos productos lo hagan de forma segura. El documento sólo tiene carácter asesor, ya que serán la Comisión Europea y los estados miembros los que den el visto bueno final a estos cultivos. Sin embargo es el primer texto oficial que aborda un sector que países como EEUU o Canadá llevan mucho tiempo investigando.
Por ahora no hay ningún medicamento de este tipo a la venta"Es la primera guía para cualquier empresa que quiera poner en el mercado una planta transgénica con interés farmacológico", explica Josep Casacuberta, un investigador del CSIC que ha formado parte del panel de expertos que ha redactado el documento.
Por ahora, ningún transgénico de este tipo ha llegado al mercado, pero varios están ya muy avanzados y han demostrado su viabilidad en ensayos clínicos de fase I y II. Es el caso de una insulina que produce una empresa canadiense a partir del cártamo, un arbusto de cuyas semillas se extrae aceite. El compuesto ha demostrado por ahora las mismas propiedades que la insulina producida en laboratorio con métodos convencionales, pero es un 30% más barata.
"Las plantas pueden darnos medicamentos más económicos, accesibles y seguros que los métodos convencionales", opina Paul Christou, que también ha contribuido al documento de la EFSA. Su equipo de la Universidad de Lleida participa en un proyecto financiado por la UE para crear transgénicos contra el sida, la tuberculosis o la rabia. El proyecto busca plantas-medicamento que permitan a países en desarrollo cultivar de forma sencilla y barata sus propios fármacos. A principios de 2010, Christou y el resto del equipo comenzarán a probar en humanos un maíz transgénico con anticuerpos contra el HIV. Subraya que será el primer análisis de este tipo financiado con fondos públicos. "Es un paso de gran importancia", señala. Pero a pesar de sus promesas, es muy posible que este tipo de medicamentos quede en vía muerta en Europa debido a la mala fama de los transgénicos y lo trabajosa que es su legislación. "No veo fácil la aprobación de estas plantas a corto plazo", comenta Casacuberta. Indica que, aunque la EFSA ha dado el visto bueno a al menos una veintena de transgénicos, sólo una variedad de maíz ha sido aprobada por la Comisión.
Además, las medidas de seguridad para estos transgénicos serán mucho más estrictas, pues hay que evitar que los compuestos que producen entren en la cadena alimentaria. Por otro lado, la Agencia Europea de Medicamentos también tendría que dar su visto bueno. "Estos productos nunca verán la luz del día en Europa", sentencia Christou, quien apunta que su proyecto para cultivar maíz experimental en Suráfrica que registra altísimas tasas de sida fue tumbado tras una fuerte oposición por parte de organizaciones ecologistas. En EEUU y otros países estos grupos se oponen al cultivo de los nuevos transgénicos, especialmente en productos de consumo humano o animal y alertan de que se ignoran las posibles consecuencias de contaminación alimentaria. Las protestas aún no han llegado a España, donde organizaciones como Amigos de la Tierra desconocía la existencia de estos productos, que sin embargo nos ven viables. "No aportan un beneficio real a la población", opina Blanca González, de Amigos de la Tierra.
Cuatro pasos para aprobar un cultivoLa guía de la EFSA indica a las empresas la información que deben aportar para comenzar el proceso de aprobación de un cultivo.
La agencia del medicamento también tendrá que dar su visto bueno al producto.
Los casos serán luego analizados uno por uno y, en caso de ser aprobados, se enviarán a la Comisión Europea, que será quien los apruebe o censure definitivamente.
Los Estados miembros podrán vetar un cultivo si aportan razones válidas.
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