Este artículo se publicó hace 14 años.
Europa lucha contra la subida de las aguas
La Comisión Europea ha invertido más de 13 millones de euros en dos proyectos para asegurar el futuro de la costa
El 16 de febrero de 1962 una tormenta provocó la crecida del mar del Norte sobre la costa de Hamburgo (Alemania). La inundación acabó con la vida de 300 personas e hizo que otras miles perdieran sus hogares. Esto sucedió antes de que se supiera que el cambio climático puede causar una subida del nivel del mar de entre 0,2 y 0,8 metros a lo largo de este siglo, según los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU.
La costa europea se extiende por unos 170.000 kilómetros a largo de 20 de los 27 estados miembros de la UE. La vulnerabilidad del continente a los efectos de la subida del nivel del mar y a la erosión de la costa ha motivado que la Comisión Europea haya invertido más de 13 millones de euros en dos proyectos, con la idea de anticiparse a los efectos del cambio climático y garantizar el estado saludable del litoral.
La bahía de Santander es una de las áreas de estudio
Adaptar la costa a las amenazas que se ciernen sobre ella reducirá hasta cuatro veces el coste causado por los daños en caso de no actuar a tiempo, según la UE. Por ello, los 27 han destinado 6,5 millones de euros para la ejecución del proyecto Theseus. Con la colaboración de 31 instituciones europeas, el plan analizará los impactos que puede sufrir el litoral y desarrollará medidas para adaptarse a ellos.
Una quinta parte de la costa europea está sufriendo los efectos de la erosión "que, en algunos casos, alcanza los 20 metros al año", advierte la coordinadora general de Theseus, la investigadora de la Universidad de Bolonia (Italia), Barbara Zanuttigh. El país más afectado es Rumanía, con un 60% de su costa en riesgo, seguido de Polonia, con un 55%. En España, al menos cuatro playas han recibido sucesivos aportes de arena debido a la erosión. Según uno de los primeros resultados del proyecto, el 9% del litoral europeo es vulnerable a la inundación a corto plazo, al encontrarse a menos de cinco metros del nivel del mar.
Ocho áreas de estudioA lo largo de cuatro años, los investigadores analizarán los riesgos en ocho áreas costeras representativas. El objetivo es que los resultados puedan extrapolarse al resto del litoral europeo. Las zonas se han seleccionado en función de su vulnerabilidad, su desarrollo social e industrial y sus ecosistemas. Uno de los puntos escogidos es la bahía de Santander, que será evaluada por los investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria (IH).
"Santander representa la típica ciudad costera, con turismo, industrias y aeropuerto", explica el investigador del IH, Fernando Méndez. Todos estos factores son vulnerables a los efectos del cambio climático, así como la propia población. Esto se debe a que muchas ciudades "no han sido diseñadas para las condiciones meteorológicas que pueden darse en las próximas décadas", asegura el director del IH, Íñigo Losada. Para analizar todas las facetas que pueden verse afectadas en el futuro, Theseus cuenta con la participación de ingenieros, biólogos y economistas, entre otros expertos.
Reforzar los diques y regenerar las marismas son algunas medidas
El objetivo es analizar los impactos económicos, medioambientales y sociales, y diseñar las estrategias de mitigación más adecuadas. El modelo adaptativo variará en cada caso, aunque entre las posibles soluciones está el refuerzo de los diques de defensa y la regeneración de las marismas."Sólo un cambio abrupto produciría una modificación dramática de la costa tal y como la concebimos", opina Losada. El experto cree que lo que se va a observar en los próximos años será una variación de la intensidad y la frecuencia de los fenómenos extremos. "La Manga, Huelva y Cádiz son las zonas más vulnerables de España",
asegura.
Las aguas, además, también escasearán. Un total de 290 millones de habitantes del Mediterráneo tendrán un acceso limitado a los recursos hídricos en 2025, según un
informe presentado por la ONU en la IV Conferencia Ministerial Euro-Mediterránea, que tuvo lugar esta semana en Barcelona. Esta es una de las razones que han motivado la creación del proyecto Pegaso, con un coste total de 8,9 millones de euros, de los que la CE financia 6,9 millones.
La iniciativa, que fue presentada el pasado lunes en Venecia (Italia), persigue implantar el protocolo europeo de Gestión Integrada de las Zonas Costeras (GZIC) a lo largo del litoral mediterráneo. Se trata de conseguir gestionar la costa de forma conjunta, para evitar que las fronteras legales dividan un elemento natural continuo.El proyecto, dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona, cuenta con la participación de 23 instituciones de 15 países que, a lo largo de cuatro años, analizarán otras 10 zonas del litoral mediterráneo.
Las áreas han sido escogidas por su necesidad urgente de medidas de protección debido a sus problemas de erosión, a su pérdida de biodiversidad o a su gran riesgo frente a la subida del nivel del mar, como es el caso de Venecia, que ayer inauguró su propio centro especializado en el análisis del cambio climático.Del éxito del proyecto dependerá que los resultados se utilicen para establecer un protocolo similar en el área del mar Negro.
Los expertos crearán una base de datos común a partir de la cual podrán planificar la futura gestión del litoral, que también intervendrá sobre la excesiva urbanización y la polución. "Es necesario actuar con urgencia para mitigar las amenazas que nos depara el cambio climático", concluye Méndez.
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