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Dos exoplanetas podrían albergar algún tipo de vida

Un nuevo método para buscar astros capaces de acoger seres vivos apunta a los planetas Gliese 581d y HD 85512b, a más de 20 años luz de la Tierra

MANUEL ANSEDE

El 14 de febrero de 1990, mientras medio mundo se besuqueaba por San Valentín, la sonda Voyager 1, a punto de abandonar el Sistema Solar, a 6.000 millones de kilómetros de la Tierra, miró hacia atrás y tomó una fotografía de nuestro planeta. La imagen, escalofriante, muestra un miserable punto azul pálido en medio de la nada, 'en el que se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió', como resumió Carl Sagan en la serie Cosmos.

Veinte años después, los astrónomos han detectado otras 702 motas en la vastedad cósmica, 702 exoplanetas, fuera del Sistema Solar, bajo cuya miserable apariencia podrían esconderse civilizaciones, ideologías, religiones, parejas enamoradas o, simplemente, bacterias.

Un equipo internacional de científicos acaba de publicar 'el primer intento' de catalogar a estos vecinos espaciales en función de su potencial para albergar vida. De momento, sólo dos de los 702 exoplanetas conocidos han superado el examen: Gliese 581d, a unos 20 años luz de la Tierra, en la constelación de Libra; y HD 85512b, a 36 años luz, en la constelación de Vela, según detalla Abel Méndez, coautor del estudio.

Los astrobiólogos, entre los que figuran los españoles Alberto González-Fairén y Alfonso Dávila, del centro Ames de la NASA, han huido del Tierracentrismo, como llaman al empeño en buscar vida sólo en planetas similares al nuestro, y han puesto sobre la mesa otras variables.

'La primera cuestión es si es posible encontrar condiciones similares a las de la Tierra en otros mundos, dado que sabemos empíricamente que estas condiciones pueden albergar vida', explica este grupo de cazadores de extraterrestres, dirigidos por Dirk Schulze -Makuch, de la Universidad del Estado de Washington (EEUU). 'La segunda cuestión es si existen condiciones en los exoplanetas que sugieran la posible existencia de otras formas de vida, sean conocidas o no para nosotros', resumen.

Los autores del estudio, que se publica hoy en la revista Astrobiology, proponen dos índices para crear un ranking de habitabilidad. El primero, el Índice de Similitud con la Tierra, compara factores como la densidad aparente, la química y la temperatura superficial de un planeta con los del nuestro. Pero, para estos científicos, limitarse a buscar vida en planetas con atmósfera y agua líquida es 'demasiado restrictivo'.

Para sacudirse el Tierracentrismo, han creado el Índice de Habitabilidad Planetaria, basado en la presencia de un sustrato estable, el potencial para acoger líquidos y la disponibilidad de energía o elementos químicos apropiados. Se tiene en cuenta, en suma, que la vida puede existir en condiciones mucho más exóticas que las que caben en una cabeza humana.

'El principal criterio para buscar cualquier forma de vida, incluidas aquellas que desconocemos, es la disponibilidad de un medio líquido. La vida en la Tierra depende del agua, pero podemos especular con que otras químicas biológicas pueden existir en otros medios, ya que el líquido es necesario para transportar elementos de manera eficiente', detalla el astrónomo puertorriqueño Abel Méndez.

Según los nuevos índices, si un exoplaneta presenta condiciones adecuadas para esconder líquidos en su superficie, escala puestos en el ranking de habitabilidad. Y si el líquido es agua, 'mucho mejor', según Méndez, astrobiólogo de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo, donde se encuentra el radiotelescopio con el que se descubrieron los primeros exoplanetas. Así, los lagos de hidrocarburos de Titán, el mayor satélite de Saturno, podrían dar cobijo a formas de vida insólitas, como sugieren estudios realizados en ecosistemas similares en la Tierra.

Aplicando estos nuevos criterios, los principales candidatos a ser hogares de seres vivos son los exoplanetas Gliese 581d y HD 85512b. 'Aunque estos planetas poseen un tamaño ligeramente mayor que la Tierra, probablemente su superficie presenta condiciones para tener agua en estado líquido y, por lo tanto, cualquier forma de vida potencial', explica Méndez.

Otros exoplanetas son demasiado fríos o tórridos como para albergar agua líquida. O son demasiado pequeños para poseer una atmósfera. O tan grandes que la presión brutal en su superficie solidificaría el agua sea cual sea su temperatura.

El próximo 5 de diciembre, la Universidad de Puerto Rico publicará su esperado Catálogo de Exoplanetas Habitables, en el que por el momento sólo figuran Gliese 581d y HD 85512b. Los científicos dan por muertos a los otros 700 exoplanetas. Sin embargo, gracias al lanzamiento en 2009 del telescopio espacial Kepler de la NASA, los astrónomos han descubierto otros 1.235 posibles exoplanetas, cuya existencia aún no está confirmada. Y 18 de ellos podrían ser habitables, según el catálogo. Si es que existen.

*Por Alberto González-Fairén, investigador del centro Ames de la NASA y del Instituto SETI

Empleamos dos índices diferentes para calcular la probabilidad de habitabilidad de los planetas del Sistema Solar y de algunos planetas extrasolares. El primer índice es el Índice de Similitud con la Tierra, que se basa en las condiciones de habitabilidad que vienen determinadas por el radio, la densidad, la velocidad de escape (la velocidad que necesita alcanzar un objeto para escapar del campo gravitatorio del planeta) y la temperatura del planeta.

Los mejores candidatos para albergar vida serían los planetas cuyas características los asemejan más a la Tierra. De los planetas conocidos actualmente, nuestro Índice de Similitud con la Tierra ofrece las probabilidades de habitabilidad más elevadas a uno de los mundos del sistema planetario que orbita la estrella Gliese 581, a 20 años luz de la Tierra, en concreto el 581g. Otro de los planetas de esa estrella, 581d, estaría en segundo lugar, y Gliese 581c se situaría, junto a Marte, en tercer lugar.

Estos resultados se corresponden aproximadamente con lo esperado. Sin embargo, resulta más sorprendente comprobar que, después de Marte, el planeta del Sistema Solar más similar a la Tierra en términos de habitabilidad es Mercurio, con un índice igual al de un planeta que orbita la estrella enana HD 69830, situada a 41 años luz de la Tierra. Las siguientes posiciones en nuestro índice de habitabilidad las ocupan Venus y un planeta orbitando en torno al sistema estelar 55 Cancri, un sistema binario formado por dos estrellas enanas, una amarilla y otra roja, a 41 años luz de la Tierra. Y después más planetas del sistema de Gliese.

Otro resultado sorprendente fue obtener valores de habitabilidad, en relación a la similitud con la Tierra, más elevados para nuestra Luna que para Europa o para Titán.

El segundo índice es el Índice de Habitabilidad Planetaria, que se basa en las condiciones de habitabilidad que vienen determinadas por la presencia de un sustrato estable (sólido o congelado), magnetosfera, energía disponible (luz, calor, presencia simultánea de un oxidante y un reductor, y/o energía mareal), química apropiada (presencia de compuestos orgánicos y/o de carbono, nitrógeno, azufre y/o fósforo) y un solvente liquido (en la atmósfera, la superficie y/o la subsuperficie).

No consideramos en este índice la presencia de agua, para evitar que el índice estuviese demasiado enfocado hacia la vida como la conocemos en la Tierra. Los mejores candidatos para albergar vida son aquellos planetas que reúnen un mayor número de estas variables. De los planetas conocidos actualmente, nuestro Índice de Habitabilidad Planetaria ofrece las probabilidades de habitabilidad más elevadas a Titán, seguido por Marte y Europa. Por debajo se sitúan los planetas de Gliese 581 g, d y c, por este orden. Venus, Júpiter y Saturno ocuparían las siguientes posiciones, sorprendentemente con exactamente la misma probabilidad de habitabilidad, y después se situaría Encelado.

Es importante destacar que, en nuestro Índice de Habitabilidad Planetaria, la Tierra alcanza un valor del 96% (el máximo valor en el índice, evidentemente), debido a que la energía mareal representa una fuente de energía limitada en nuestro planeta.

La conclusión es inmediata: El análisis cuantitativo de las condiciones de habitabilidad planetaria está enormemente determinado por el conjunto de parámetros que se empleen en cada definición. Pero, en todo caso, Marte es y debe ser el objetivo de una exploración continuada, incluso más ambiciosa que la que se desarrolla en la actualidad, ya que es el planeta que, al mismo tiempo, reúne índices de habitabilidad muy elevados en todos los análisis y está al alcance de nuestra tecnología actual para la exploración in situ.

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