Este artículo se publicó hace 14 años.
Hallados los restos de agua líquida más reciente en Marte
Investigadores españoles confirman que el planeta rojo albergó condiciones aptas para la vida
El agua esencial para la vida fluyó en Marte mucho más tiempo del que se pensaba hasta ahora, gracias al impacto de enormes meteoritos. Los choques abrieron fuentes similares a los volcanes submarinos de la Tierra, donde se piensa que pudieron surgir las primeras células terrestres. Así lo explica un estudio liderado por investigadores españoles y que ha aportado la prueba más concluyente hasta la fecha de que hubo abundante agua líquida en Marte durante cientos de millones de años.
Las pruebas, publicadas hoy en PNAS, se basan en los filosilicatos, unos minerales que sólo se forman en abundancia de agua líquida. Los expertos los han hallado en un cráter próximo al ecuador marciano llamado Toro, en honor a la localidad homónima de Zamora.
"En aquel momento, hace unos 3.600 millones de años, la zona era un extenso páramo volcánico que cubría sedimentos anteriores formados por ríos y lagos", explica a Público el español Alberto Fairén, primer autor del estudio e investigador del Centro Ames de la NASA en California. "Al impactar el meteorito, desenterró sedimentos ricos en filosilicatos e inyectó la energía suficiente en el subsuelo como para generar un entorno de aguas hidrotermales de cerca de 100 km2, donde se sintetizaron nuevos filosilicatos", detalla.
A partir de 2006, se descubrieron las primeras pruebas de filosilicatos en Marte gracias a las imágenes obtenidas por la sonda de la ESA Mars Express y la de la NASA Mars Reconnaissance Orbiter. Los minerales abundaban, sobre todo en el interior de los cientos de cráteres que abrieron los meteoritos en la superficie del planeta rojo. Los primeros estudios concluyeron que estos minerales fueron desenterrados por el impacto y datan de épocas cercanas al nacimiento del planeta, hace unos 4.600 millones de años. Sin embargo, hasta ahora no se ha podido confirmar que fuera así.
El equipo de Fairén, que ha trabajado con otros españoles como el investigador del Centro de Astrobiología de Madrid Ricardo Amils, así como con expertos europeos y estadounidenses, ha confirmado esa hipótesis, pero también la ha contradicho. Por un lado, su trabajo asegura que la mayoría de los silicatos que se extienden por los cráteres son de origen antiguo. Pero también han demostrado que, en el centro del boquete, donde la temperatura fue mayor, los silicatos antiguos desaparecieron y se formaron otros, por lo que tuvo que haber un flujo de agua más reciente.
Temperatura límite"Nuestra investigación demuestra que existen filosilicatos de edades diferentes, lo que implica que hubo agua líquida abundante en lugares concretos de Marte mucho más tarde de lo que se pensaba hasta ahora", explica Fairén. La manera de probarlo ha sido calentar filosilicatos hasta temperaturas como las que se alcanzaron en el interior de Toro, unos 600 ºC. El equipo comprobó así que hasta esa temperatura los minerales permanecen intactos, por lo que los filosilicatos que no están en el centro del boquete provienen de capas de terreno más antiguas. Usando imágenes de las dos sondas marcianas, los expertos observaron que también hay filosilicatos en el centro del cráter que tuvieron que formarse tras el impacto del meteorito, lo que retrasa la presencia de agua líquida en el planeta unos 600 millones de años, según los autores.
"La presencia de agua líquida más reciente implica que las temperaturas no eran tan frías y que la acidez de las aguas era neutra, lo que facilitaría la aparición de vida", explica Ricardo Amils. El experto señala que habrá que observar qué sucede en otros cráteres. Ahora comienza la batalla entre los diferentes grupos investigadores, o como señala el científico español, "un juego entre caballeros para descubrir los filosilicatos más recientes de la historia de Marte".
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