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El Hierro todavía espera ver emerger un volcán para volver a la normalidad

La posibilidad de erupción ha languidecido el turismo de la isla hasta casi hacerlo desaparecer

EFE

La isla canaria de El Hierro todavía tiene la esperanza de que la erupción volcánica submarina que el pasado 10 de octubre se produjo a unos cinco kilómetros de la costa del pueblo pesquero de La Restinga emerja como un volcán, para así poder volver a la normalidad anterior a la crisis sismo volcánica.

Una crisis que comenzó el 19 de julio, cuando el Instituto Geográfico Nacional (IGN) empezó a registrar sismos en aguas del municipio de Frontera, en el norte de El Hierro, y que con el transcurrir de los días pasaron al sur de la isla, en La Restinga, a la vez que aumentaban en magnitud e intensidad.

Desde que comenzaron los movimientos sísmicos y el 24 de septiembre el Gobierno canario cambió de verde a amarillo el nivel del semáforo de alerta a la población ante la posibilidad de una erupción, el turismo de la isla ha languidecido hasta casi desaparecer.

El cierre de Los Roquillos afectó a la economía El peligro de que se produjeran desprendimientos en las laderas del Valle del Golfo, en Frontera, llevó al cierre del túnel de Los Roquillos, que une ese municipio con el de Frontera, algo que se produjo el 27 de septiembre. Este hecho afectó de manera notable a la economía de Frontera, hasta el punto de que el Ayuntamiento de ese municipio declaró la situación de emergencia social y económica el 7 de octubre, cuando el IGN había registrado más de 8.900 seísmos desde el inicio de la crisis.

Un movimiento sísmico de 4.3 grados de magnitud en la escala de Richter el 8 de octubre fue considerado como el inicio de una erupción, que se produjo dos días después a unos cinco kilómetros de La Restinga y a unos mil metros de profundidad, en el Mar de las Calmas.

La alerta se cambió del nivel amarillo al rojo el 11 de octubre, cuando se sintieron dos seísmos cerca de La Restinga y este pueblo fue desalojado, a la vez que se prohibía navegar, pescar y bucear en esa zona.

La Restinga, con 500 habitantes, vive de la pesca y el buceo

La Restinga vive de la pesca que se obtiene en la reserva marina del Mar de Las Calmas y la actividad turística es el buceo, con lo que comenzó el declive de este pueblo, en el que residen algo más de 500 personas, y los bares, restaurantes y apartamentos se quedaron vacíos.

El 12 de octubre dos manchas de un color verde turbio aparecieron cerca de La Restinga, donde también comenzaron a encontrarse peces muertos, según los primeros análisis, por el cambio brusco de presión al intentar huir.

Las manchas aparecieron a una distancia de entre 1,5 y 2 kilómetros de la costa y eran la evidencia de que se había producido una erupción que tenía dos focos, y con el tiempo se llegó a la conclusión de que era una fisura de la que el material magmático salía por varios puntos.

El nivel de emergencia se elevó a la fase de emergencia 1 al detectarse que la erupción volcánica submarina estaba a menos de 150 metros de la costa, y el 18 de octubre la dirección del plan de protección civil permitió que los vecinos de La Restinga bajasen al pueblo durante media hora para recoger enseres. El túnel de Los Roquillos se abrió al tráfico durante las 24 horas del día y el 21 de octubre los vecinos de La Restinga pudieron regresar a pernoctar al pueblo.

Pero muchos de los vecinos prefirieron no volver y La Restinga no recuperó la normalidad, y el 5 de noviembre se produjo el segundo desalojo del pueblo, cuando unos 200 residentes estaban en una reunión con Juan Miguel Padrón, alcalde de El Pinar, del que depende administrativamente el pueblo pesquero.

La reunión era en La Restinga y el alcalde fue advertido de que el pueblo se desalojaba porque se habían visto columnas de vapor de agua y ceniza, lo que puede significar que la erupción volcánica submarina se acerca a tierra, donde sería más explosiva. Un día antes se había registrado un seísmo magnitud 4.4 en aguas de Frontera, donde se produjeron desprendimientos en laderas, por lo que se cerró de nuevo el túnel de Los Roquillos y se desalojaron once viviendas.

El segundo desalojo de La Restinga coincidió con la evacuación de 51 personas de dos barrios de Frontera porque la dirección del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) consideró que sus viviendas estaban a riesgo de desprendimientos.

Con esta crisis sismo volcánica la isla de El Hierro ha entrado en otra económica, pues la actividad turística se ha paralizado y las ayudas no llegan.

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