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"La Iglesia mantiene una postura retrógrada"

Los científicos critican la postura inmovilista del Vaticano sobre las nuevos avances mientras el Gobierno guarda silencio

ANTONIO GONZÁLEZ

'Ejemplo de cinismo', 'posición retrógrada', 'injerencia en las familias', 'intento de cercenar los derechos de los demás'... Las valoraciones realizadas este viernes por la mayoría de los científicos y expertos en bioética consultados por Público critican duramente la instrucción pastoral Dignitas personae, en la que el Vaticano reafirma su oposición a la reproducción asistida, la investigación con células madre embrionarias o la llamada píldora del día después.

El Gobierno socialista, sin embargo, prefirió mantener silencio, pese las duras críticas del Vaticano a muchas de las técnicas permitidas por el marco jurídico vigente. Ni la vicepresidencia del Gobierno ni los ministerios de Ciencia y Sanidad reaccionaron ante el documento hecho público ayer.

'La jerarquía católica mantiene su línea tradicional', explica Marcelo Palacios, miembro del Comité de Bioética de España, que cree que el Vaticano, con sus críticas, no tiene en cuenta 'el avance científico, la felicidad de las parejas con problemas de fertilidad o la salud de las personas'.

En el caso de la reproducción asistida, señala que la Iglesia debería 'abstenerse' de realizar 'injerencias en cómo se organiza cada familia'. 'Está muy bien hablar de dignidad y teorizar desde fuera del problema, pero hay que ponerse en la piel de quien tiene un hijo enfermo o problemas de fertilidad', agrega.

Para el presidente del comité científico de la Asociación Nacional de Clínicas de Reproducción Asistida, Simón Marina, la Iglesia mantiene una postura 'retrógrada y anticuada' ante los avances científicos, una posición no ajena por otra parte a su condición de 'sociedad de hombres solteros'. Pese a la instrucción, que trata de 'cercenar derechos', Marina cree que las parejas católicas infértiles seguirán acudiendo a las clínicas.

Por su parte, el ex presidente del CSIC Emilio Muñoz entiende que la Iglesia está 'desbordada' por los avances científicos y ha emprendido, incurriendo en un 'cinismo tremendo' y numerosas contradicciones, una 'batalla desesperada para recuperar a los católicos más dubitativos'. En su opinión, la publicación de la instrucción tiene mucho que ver con el acceso al papado de Joseph Ratzinger.

José López Barneo, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Sevilla, sostiene por su parte que hay que respetar que la Iglesia quiera dar orientaciones a sus fieles, aunque debe existir siempre una separación entre las creencias religiosas y la investigación científica.

Menos críticos fueron los miembros del Comité de Bioética de España Carlos Romeo Casabona y César Nombela. Romeo cree que está bien que la Iglesia dé su opinión, aunque son las normas jurídicas las que rigen las técnicas criticadas por el Vaticano. El ex presidente del CSIC César Nombela, por su parte, afirma que la instrucción vaticana es 'una propuesta a favor de la dignidad humana que no se impone a nadie'.

 

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