Este artículo se publicó hace 17 años.
Un estudio define 28 puntos débiles de la célula cancerosa
Cuando una célula se convierte en tumoral, su destino depende de quién gane la batalla entre los oncogenes –promotores del cáncer– y los genes cuya función es bloquear el crecimiento desaforado e invasivo típico de los tumores malignos. Científicos de la Universidad de Massachusetts (EEUU) han profundizado en los mecanismos que gobiernan esta pugna microscópica, cuyas consecuencias pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Según publica hoy Nature, el equipo del científico Michael Green ha tomado como modelo una conocida línea celular de fibroblastos de ratón, llamada NIH 3T3. Green ha empleado una población de estas células, que contienen K-ras, un oncogen que anula el programa de autodestrucción celular controlado por otro gen, denominado Fas.
Entre el 'mensaje cancerígeno' que envía K-ras y la supresión de Fas hay un proceso oscuro, una caja negra donde operan múltiples intermediarios que se encargan de la burocracia celular para transportar la orden hasta su destinatario.
El trabajo de Green ha definido 28 de estos intermediarios. Se trata de genes que controlan el 'disparador' de Fas y que actúan en cadena o en cooperación. La eliminación de cualquiera de estos genes impide que K-ras mantenga silenciado a Fas. La identificación de estos mediadores podría ofrecer nuevas dianas terapéuticas contra el cáncer.
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