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El Sol más 'limpio' de los últimos cincuenta años

El astro lleva 450 días sin mostrar manchas, lo que mejora las comunicaciones pero reduce las auroras boreales

JACOB PETRUS

El Sol de 2008 ha sido el más inmaculado de los últimos 50 años. Desde que en 1957 se lanzó al espacio el satélite Sputnik, y se dio el pistoletazo a la carrera espacial, no se había visto un Sol en un estado como el actual. Durante buena parte de los últimos 250 días, el disco solar no ha presentado ni una sola mancha en su superficie, tal y como muestra la imagen tomada el pasado 27 de septiembre por el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO). A estas más de 200 jornadas de 2008, catalogadas como 'impecables', hay que sumarle las observadas durante los últimos tres años. De esta forma, el Sol lleva acumulados cerca de 450 días sin mostrar manchas. 

Fue Galileo Galilei, en 1610, quien descubrió la primera mancha jamás observada por el hombre, aunque los astrónomos empezaron a contarlas en 1749 . Si el astro no muestra manchas es que se encuentra en un mínimo de actividad, un estado que se repite, más o menos, cada once años. En estado de mínima actividad, las protuberancias en la superficie solar son menores, de forma que los científicos tienen más facilidad para realizar sus estudios y analizar el interior de la gran estrella. Por ello, hay una verdadera flota de satélites (SOHO, Hinode, ACE, STEREO...) observando, más que nunca, al astro rey.

¿Cómo afecta este periodo de mínima actividad a la vida en la Tierra? Las comunicaciones via satélite mejoran ya que se producen muy pocas tormentas solares, que emiten grandes cantidades de radiación electromagnética a la Tierra. También se producen menos auroras boreales. Este momento de calma actual contrasta con el vivido en 2001, cuando las tormentas magnéticas que envió el Sol provocaron graves daños en los satélites que rodeaban a la Tierra.

El ciclo solar actual acumula una duración de 142 meses, un dato dentro de la normalidad. Queda muy lejos del más prolongado, que duró cerca de 70 años (entre 1645 y 1715) y que recibió el nombre de mínimo Maunder, en honor al astrónomo que lo descubrió. En ese periodo, la quietud del sol coincidió con fuertes erupciones volcánicas y cambios en las corrientes oceánicas. El resultado fue la pequeña edad de hielo, un enfriamiento de la Tierra, con cambios constantes y bruscos del clima.

Desde finales de septiembre se ha observado la aparición de tres nuevas pero pequeñas manchas solares. Las dos últimas, aparecidas el día 11 de octubre, se formaron en latitudes altas del disco solar. Esta ubicación concreta permite concluir que pertenecen a un nuevo ciclo solar, que sería el número 24, y que ya se da oficialmente por iniciado, según el Observatorio Real de Bélgica. La aparición de una serie de manchas durante las últimas semanas en latitudes altas del Sol confirma este cambio, aunque todo parece indicar que el astro seguirá manteniendo un nivel de actividad bajo.

Según las previsiones de la NASA, el nuevo ciclo solar, que tendrá su máximo alrededor del año 2010, será uno de los más intensos de los últimos 50 años, lo que augura un peor funcionamiento del móvil pero también mejores auroras boreales.











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