Este artículo se publicó hace 14 años.
La Luna tiene zonas tan húmedas como la Tierra
Una roca traída por un 'Apolo' confirma que hay reservas internas de agua
La Luna se está convirtiendo en un oasis espacial. En marzo, un estudio confirmaba que hay millones de toneladas de hielo en su superficie.
Ahora, una de las piedras lunares que trajeron los astronautas estadounidenses en 1971 confirma que el interior del satélite es mucho más húmedo y parecido a la Tierra de lo que se ha pensado durante décadas.
"Los resultados muestran que hay algún lugar dentro de la Luna con la misma cantidad de agua que la Tierra", explica a Público Jeremy Boyce, uno de los investigadores del Instituto Tecnológico de California que firman el estudio en Nature.
Aunque la cantidad de agua detectada es del 0,1%, los resultados cuestionan el dogma de una Luna seca y obligan a repensar sus orígenes.
Las trazas de agua han salido de una roca volcánica de apatita del tamaño de un puño. Los astronautas del Apolo 14 la recogieron en la Luna junto a otras muestras. En la Tierra, los procesos volcánicos van asociados siempre al agua, pero, hasta hoy, nadie había hallado ni rastro de agua en las muestras de los Apolo, por lo que se asumió que la Luna está seca.
En 1975, Charles Sclar y Jon Bauer, de la Universidad Lehigh (EEUU), advertían de que una parte de la composición de una apatita lunar era inidentificable. Boyce tenía entonces un año. Sus análisis actuales, basados en una tecnología de medición que se ha comenzado a usar hace unos dos años, acaban de confirmar que las piezas que faltaban eran el hidrógeno y el oxígeno que componen el agua.
Estos elementos están asociados en forma de hidróxido (OH), pero, si se calientan, pasarían a ser agua, explica George Rossman, otro de los autores del trabajo.
"Es casi seguro que hay agua dentro de la Luna, aunque no va a estar en un único depósito, sino muy distribuida", apunta Boyce. "Sería muy difícil extraerla", añade.
Colonos lunaresAunque tal vez no ayuden a futuros colonos lunares, las reservas son claves para determinar cómo nació el satélite. La apatita tiene 4.000 millones de años y es tan parecida a las de la Tierra que no se distinguen. Por eso, los autores creen que se formaron en condiciones de humedad muy similares.
Su contenido demuestra que la Luna conservó agua después de que un protoplaneta del tamaño de Marte la arrancase de la Tierra tras un colosal impacto, algo que todos los modelos descartaban hasta ahora. "Habrá que cambiarlos, porque esta apatita se formó en un magma repleto de agua", concluye Boyce.
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