Este artículo se publicó hace 15 años.
El mal sabor de boca, algo más que una metáfora
Según un estudio de Science, tanto un sabor desagradable como sufrir una injusticia provocan la misma expresión facial
Cuando se dice que una experiencia deja mal sabor de boca, cualquiera entiende que se está hablando en un sentido metafórico. Pero según un estudio aparecido hoy en Science, la frase hecha puede ser casi literal, ya que tanto un sabor desagradable como sufrir una injusticia provocan la misma expresión facial.
Un grupo de científicos de la Universidad de Toronto (Canadá) analizó las expresiones faciales de varios sujetos en tres situaciones: probar un líquido amargo, mirar imágenes desagradables –como un retrete sucio o una herida– o recibir un tratamiento injusto en un juego. Para medir la respuesta, fijaron electrodos al músculo que eleva el labio superior y arruga la nariz, una típica reacción de asco.
Los investigadores comprobaron que la reacción del músculo era la misma en los tres casos. El resultado no es simplemente anecdótico, sino que, dicen los autores, a la luz de la evolución revela cómo la repugnancia moral tiene su origen en el asco físico.
Según la coautora del estudio, Hanah Chapman, "el asco es una antigua y primitiva emoción que jugó un papel evolutivo clave en la supervivencia". El director del proyecto, Adam Anderson, agrega: "Nuestro sofisticado sentido moral de lo que está bien y lo que está mal puede proceder de la preferencia innata de un recién nacido sobre qué sabe bien o mal, qué es potencialmente nutritivo o venenoso".
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