Francisco Hiraldo, director de la Estación Biológica de Doñana.

1. ¿Para qué servirá la web Cuadernos de Campo?

Es muy importante para el público en general, pues podrá conocer Doñana de una manera que era imposible hasta ahora. Nuestro objetivo es enseñar qué es el método científico a todo el mundo.

2. ¿Cómo reflejan estos cuadernos los cambios que ha habido en Doñana?

En el parque, año a año, se producen cambios muy grandes. La marisma puede estar tan llena que los conejos se mueren en las inundaciones. Luego, dos años después, está totalmente seca, porque este es un ecosistema mediterráneo. Se producen cambios no relacionados con el cambio climático, aunque otros sí lo están, como el hecho de que en 30 años las temperaturas han subido casi un grado.

3. ¿Qué retos de conservación quedan pendientes?

Ninguno depende en sí del entorno protegido de Doñana, sino de lo que le rodea. La calidad del agua es un problema que se origina por las depuradoras de poblaciones cercanas. Los pozos legales e ilegales fuera de la reserva secan los niveles freáticos del parque. Parece como si los gestores del parque no lo hubiéramos hecho bien, pero no es así, porque la biodiversidad ha aumentado en Doñana a pesar de estar rodeado de cientos de miles de habitantes.

4. Estos días han muerto tres linces en Doñana. ¿Qué falla con la conservación del parque?

En el caso de la presión humana, es difícil tener un guardia civil detrás de cada cazador furtivo. Sí hay una cosa que se podría haber hecho mejor y es la coordinación entre científicos, cazadores y naturalistas dentro del programa de conservación. En cuanto a los atropellos, necesitamos enterrar parte de la carretera y, para ello, necesitamos dinero de la UE, de la Junta y del Estado. Pero desde que el Ministerio de Medio Ambiente transfirió las competencias a la Junta, ha estado mirando hacia otro lado. Ha bajado mucho su contribución y preocupación por Doñana.