Este artículo se publicó hace 14 años.
Las mil caras de Google
La expansión a otros negocios y los ingresos en el último año han alejado al buscador de su imagen clásica de empresa que sólo quiere organizar la Red
Blanca Salvatierra
"Aún queda mucho por ver de Google", auguraba la revista PC Magazine cuando decidió incluir al buscador en la lista de Los 100 mejores sitios de 1998. Entonces Google sólo era un motor de búsqueda y este era sólo un prototipo. Doce años después, el proyecto de Larry Page y Sergey Brin se sigue vertebrando sobre lo que siempre fue su meta: organizar la información de Internet para que los usuarios puedan acceder a ella. Pero el sencillo concepto de organizar la Red se ha ido complicando con el desarrollo del sistema publicitario más lucrativo del mundo on-line y unos lanzamientos en áreas más o menos relacionadas que han despertado la desconfianza de antes empresas aliadas y ahora rivales.
Google sabe lo que busca el mundo y, contando con eso y ofreciendo servicios gratuitos para el usuario, ha construido una estrategia de poder creciente a largo plazo. La fórmula de su éxito se resume en las cifras 70-20-10. Corresponden al tiempo que los trabajadores dedican a las diferentes áreas de la compañía y representan, en esencia, las líneas de negocio y la apuesta por cada una de ellas. El 97% de los 17.300 millones de euros que Google ingresó el año pasado proviene de la publicidad, y esta se desarrolla principalmente en las áreas relacionadas con su buscador. Por ello, el 70% del tiempo de los empleados se dedica a su mejora, el 20% al desarrollo de nuevos proyectos y el 10% restante a ideas propias que pueden estar relacionadas o no con las actividades de la compañía.
La compañía ha pasado a priorizar los sistemas móviles
Expansión en telefonía
Con la intensidad de lanzamientos en áreas que traspasan el negocio de las búsquedas, han comenzado a surgir nuevos rivales. Apple es uno de ellos. Google lanzó a principios de año en EEUU su primer teléfono propio, Nexus One, en colaboración con el fabricante HTC. El consejero delegado de Apple, Steve Jobs, ha dejado claro recientemente cuál es el sentimiento de Apple ante lo que considera una intrusión en su negocio. "Nosotros no entramos en el negocio de las búsquedas. Ellos [en referencia a Google] entraron en el de la telefonía. No tengáis dudas de que quieren matar al iPhone, pero no les dejaremos", afirmaba en una reunión en Cupertino.
Mientras, los medios estadounidenses especulan con que Apple estaría negociando con su otrora enemigo, Microsoft, para convertir a Bing en el buscador predeterminado del iPhone, que en la actualidad es Google. El negocio tras estos nuevos acuerdos no es el desarrollo de terminales, sino los ingresos generados por las búsquedas y el sistema operativo que utilizan ambos, enlazado a sus aplicaciones.
El área más cuidada sigue siendo el buscador, que sustenta el modelo
"Google cumple con la teoría de los bienes complementarios", explica el director general de Weblogs SL y experto en Internet Julio Alonso. "Se adentra en negocios relacionados con la navegación porque, en el fondo, lo que abren son las perspectivas de su negocio publicitario", añade.El sistema operativo Android, de código abierto, representa una oportunidad para extender nuevas redes publicitarias a los móviles -en paralelo, también prepara un sistema operativo móvil de escritorio, Chrome-. Los más de 3.000 millones de teléfonos en el mundo suponen un nuevo mercado por explotar frente a los 1.200 millones de conexiones a Internet. Pero Apple no está dispuesta a renunciar a su parte del negocio y ha adquirido una empresa de publicidad móvil llamada Quattro. Los analistas interpretan esta compra como una llamada de atención a Google, a la que Apple está informando de que cuenta con una plataforma alternativa.
Contenidos contra buscadores
Los resultados económicos positivos presentados por Google el mes pasado, con 4.800 millones de euros en 2009 (un 54% más que en 2008), y la crisis publicitaria en la que se hayan inmersas las empresas de contenidos, han provocado un nuevo frente de batalla para la compañía. Las editoriales aportan el contenido; Google, indexación y visibilidad. Desde la compañía se insiste en apaciguar los ánimos resaltando que sin generadores de contenido no habría nada que enlazar. Pero también es consciente de su poder: los medios adquieren una visibilidad al aparecer en su búsqueda de noticias que, salvo contadas excepciones, no tendrían de otra forma.
Alonso, por su experiencia en la gestión de Weblogs, insiste en que el intercambio de valor entre empresas no siempre es monetario. "Nosotros llamamos tráfico de descubrimiento al que llega mediante Google, entre un 30% y un 70% dependiendo del blog. Un porcentaje de los usuarios que entra, además, regresa, convirtiéndose en lector habitual. Esta es la ventaja que aporta Google".
Las editoriales piden dinero a las telecos, y estas quieren que Google pague
Los problemas para Google han aumentado cuando, más allá de organizar el contenido ya existente en la Red, ha optado por añadir obras que no estaban disponibles. El ambicioso plan de "digitalizar el conocimiento" y ofrecerlo mediante Google Books tampoco ha estado exento de polémica. La compañía defiende buscar un equilibrio entre la protección de los derechos de autor y el desarrollo de nuevos negocios en la Red, aunque, a finales del año pasado, un tribunal francés calificó de "falsificación" la digitalización realizada sin el permiso de los editores. El Departamento de Justicia de EEUU, por su parte, ha advertido a Google de que podría violar leyes antimonopolio.
En España, ante la subcomisión para la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, Google habla de "trabajar sobre las excepciones de los derechos de propiedad intelectual", lo que le permitiría seguir añadiendo contenido a Internet "con fines divulgativos". Estos argumentos no convencen a los editores que, no obstante, no ven en Google el único enemigo de su negocio. La Federación de Gremios de Editores de España cree que las operadoras tienen parte de responsabilidad en el hecho de que se pueda acceder a sus obras en Internet y reclama una compensación.
Pero las operadoras tienen unos planes bien distintos a medio plazo. No sólo no pasan por pagar a la industria editorial, discográfica o audiovisual, sino que quieren cobrar a los buscadores. Y, cuando se habla de buscadores, se habla de Google, que acaparó un 92,8% de las búsquedas en España en enero, según el último análisis de la consultora AT Internet.
El presidente de Telefónica, César Alierta, declaraba la semana pasada que su compañía quiere un porcentaje del beneficio de los buscadores que, según sus palabras, "utilizan nuestras redes sin pagarnos nada". Google no ha querido responder directamente a Alierta, pero el anuncio de su último servicio ha sido considerado una réplica cargada de connotaciones.
Aunque de forma experimental, la compañía ha anunciado que busca "comunidades de entre 50.000 y 500.000 personas" en EEUU para empezar a probar su red de fibra óptica, que ofrecerá 1Gb de ancho de banda -una velocidad más de 150 veces mayor a la velocidad media en España-. "Lo que les está diciendo Google a las operadoras es que trabaja en alternativas a su negocio, y lo ofrece de forma abierta, ganando nuevo público potencial para sus negocios relacionados", interpreta Alonso.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.