Este artículo se publicó hace 2 años.
Los nidos de los peces de hielo ocupan una zona del fondo del mar antártico tan extensa como la isla de Hierro
Científicos alemanes abogan por la protección de esta área de puesta, la mayor descubierta en el mundo, con 60 millones de nidos.
Malen Ruiz de Elvira
Madrid-Actualizado a
Unos 60 millones de nidos de peces de hielo en el fondo del mar, que ocupan una superficie total equivalente a la de la isla de Hierro, es la mayor colonia de reproducción de peces conocida del mundo, estiman científicos del prestigioso Instituto Alfred Wegener. Este sorprendente hallazgo ha tenido lugar en aguas antárticas, al sur del mar de Wedell, en una zona poco profunda, mediante una cámara remolcada por el barco oceanográfico Polarstern. Sus descubridores piden que se proteja el área marina por su riqueza biológica en el marco de los tratados sobre la Antártida.
Los peces de hielo son criaturas que se han adaptado a las aguas muy frías y que no tienen glóbulos rojos para transportar el oxígeno. Su cabeza suele ser casi transparente y de ahí el nombre que reciben. Existen muchas especies, y en este caso se trata del draco rayado de Jonás (Neopagetopsis ionah), una especie descrita en 1947 a partir de un ejemplar hallado dentro de una ballena y que es la única de su género.
Cada nido tiene un diámetro de 75 centímetros y se distingue porque hay guijarros en el centro
Aunque se conocía ya el comportamiento de reproducción de estos animales, normalmente solo se agrupan, como mucho, en unas pocas decenas de nidos, cada uno de los cuales es vigilado por un adulto. En este caso, lo llamativo es la gran cantidad de nidos circulares, esparcidos de forma uniforme hasta donde la vista de la cámara alcanzaba. Cada nido tiene un diámetro de 75 centímetros y se distingue porque hay guijarros en el centro.
Con diversos pases de la cámara, los observadores contaron poco más de 16.000 nidos en un área de 45.600 metros cuadrados a una profundidad que osciló entre los 535 y los 420 metros, explican en la revista Current Biology. De ellos estaban en uso unos 12.000 (el 79%), con una media de 1.735 huevos, la mayor parte de los cuales estaba guardada por un adulto situado justo encima. Además de nidos activos había otros no ocupados, algunos con el pez pero sin huevos y unos pocos que tenían peces muertos.
Se estima que el criadero son 60 millones de nidos activos y se traduce en una biomasa de 60.000 toneladas
La cartografía del fondo del mar realizada en esa área cercana a la plataforma de hielo de Filchner indica que el criadero ocupa al menos 240 kilómetros cuadrados. La densidad observada de nidos activos es de uno por cada tres metros cuadrados, lo que resulta en la estimación de unos 60 millones de nidos activos y se traduce en una biomasa de unas 60.000 toneladas. "La idea de que una zona de reproducción enorme de draco en el mar de Wedell no se había descubierto es fascinante", asegura Autun Purser, autor principal del estudio que presenta el hallazgo.
El Instituto Alfred Wegener de Alemania lleva explorando el área con su barco rompehielos desde los primeros años 80 del siglo pasado y solo había detectado nidos de esta especie aislados o en pequeños grupos. El criadero se aprovecha de que en esa zona el agua está dos grados más caliente que en los alrededores, según midieron los investigadores.
La colonia de nidos es lógicamente una favorita para los depredadores de estos peces. Los científicos observaron que está frecuentada por focas de Wedell, que se sumergen allí para obtener alimento. Utilizaron focas con transmisores en la cabeza para confirmar que esta enorme zona de puesta es un ecosistema muy importante en el mar de Wedell, además de ser probablemente la mayor descubierta hasta el momento en el mundo.
Poder observar el fondo del mar por debajo de la capa de hielo existente no es nada fácil y el mar de Wedell, como el resto de la Antártida, es muy desconocido, especialmente en su zona sur, donde se ha descubierto el criadero. La tecnología de la cámara trineo desarrollada por el instituto alemán "muestra lo importante que es poder investigar ecosistemas desconocidos sin perturbarlos", en palabras de la directora Antje Boetius. "Si tenemos en cuenta lo poco conocido que es el mar de Wedell, esto resalta más la necesidad de trabajar en el ámbito internacional para establecer un Área Marina Protegida", añade. La propuesta ya existe, apoyada por la Unión Europea, pero todavía no se ha tomado la decisión de prohibir la pesca y la investigación invasiva allí.
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