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"Es necesario sustituir el orden natural por la organización humana"

Eudald Carbonell, codirector del proyecto Atapuerca, publica un nuevo libro, ‘El nacimiento de una nueva conciencia’

DANIEL MEDIAVILLA

Eudald Carbonell es uno de los directores del proyecto Atapuerca y una de las personas que más saben en España sobre el pasado de la especie humana. Ahora, en su libro El nacimiento de una nueva conciencia (Editorial Ara Llibres), cuya versión en castellano acaba de publicar, se interna también en la prospección en torno al futuro del Homo sapiens.

En un primer momento, el panorama que dibuja Carbonell respecto a lo que está por venir es sombrío. Relata cómo la expansión de la especie humana se ha producido a costa de desequilibrar el planeta en el que surgió. Advierte de que dentro de poco este comportamiento vírico llevará a una hecatombe de grandes proporciones. Durante la presentación de su libro en Madrid, aseveró que para reducir los daños de un desastre que considera casi ineludible “es necesario sustituir el orden natural por la organización humana”.

Este planteamiento entronca con las hipótesis que ya ha expuesto en libros anteriores, como Aún no somos humanos. Así, el Homo sapiens aún sería prisionero de su condición de primate, con los rasgos asociados de egoísmo, violencia o territorialidad, que se deberá abandonar para llegar a un nuevo estadio de la evolución.Pese a la percepción pesimista del presente, Carbonell es optimista cuando mira hacia el futuro. En su opinión, la aparición de la conciencia de especie, esencial para la superación de la crisis actual, “ha comenzado ya a aparecer en torno al problema del cambio climático”. Además, la alfabetización de toda la población mundial y la socialización del conocimiento permitirá el triunfo de ideas más humanas, como el altruismo.

En este punto, es posible cuestionarse la aparente contradicción entre la enorme capacidad de producir y distribuir conocimiento de una superpotencia y su tendencia a resolver problemas con el poderío militar. “Ésta es la contradicción entre lo primate, lo que llevamos dentro, y lo tecnológico, que es lo humano”, explica Carbonell. “EEUU organiza las guerras para controlar económicamente y hacer progresar a su país por la fuerza, algo que está ligado a lo que hace cualquier primate en su territorio, pero lo hace con lo que es más humano, que es la tecnología”, añade, y concluye: “Esta escalada se romperá con la creación de una conciencia crítica”.

El científico catalán propone en el libro que la superación del impulso genético que perpetúa en el ser humano la etología primate se podría superar a partir de información. “El cambio climático no le importaba a nadie hace 10 años y ahora, en cambio, le importa a todo el mundo”, ejemplifica.

El “optimismo histórico” del que presume Carbonell se encuentra aquí con un nuevo escollo. Tanto el cambio global como la escalada nuclear en los tiempos de la Guerra Fría son situaciones en las que aparece una “conciencia de especie” global, pero ambos son casos en los que ésta parece surgir fruto de la preocupación por la supervivencia individual.El autor reconoce que hay personas que reaccionan por miedo, pero cree que también hay otras que actúan por conciencia. “A mí no me da miedo el cambio climático ni me da miedo morir y reacciono igual; y creo que esta actitud será mayoritaria en el futuro”, defiende Carbonell.

Para superar la situación en la que se halla hoy la especie humana, el investigador afirma que “sería necesaria una alianza basada en valores como el altruismo”. Para terminar recalca la importancia de la socialización del conocimiento: “Cuanta más gente investigue y más gente sepa, mejor irá la especie”.

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