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Nueva Zelanda vacía las tripas del buque naufragado

El barco sólo conserva 60 toneladas de crudo tras causar el mayor desastre medioambiental del país

EFE

Los equipos de emergencia han extraído casi todo el combustible del carguero Rena, que causó una catástrofe ecológica al naufragar el 5 de octubre cerca de la costa norte de Nueva Zelanda, según aseguraron ayer fuentes oficiales.

Tras cinco semanas trabajando para evitar que el petróleo se vertiera al mar, el jefe de salvamento marítimo de Nueva Zelanda, Arthur Jobard, calificó la misión como un 'hito' y explicó que desde ahora comenzará una nueva fase en las operaciones.

Las autoridades confirmaron que alrededor de 60 toneladas de combustible permanecen en el navío mezcladas con agua marina, lo que complicará el drenaje de la carga.

El Rena tenía unas 1.700 toneladas de combustible cuando encalló en el arrecife de Astrolabe, a unos 12 kilómetros de la ciudad portuaria de Tauranga, en la Isla Norte. Tras el accidente vertió unas 350 toneladas de combustible y la marea negra llegó a las costas de Tauranga, causando la muerte de al menos 1.946 aves.

Las autoridades han imputado al capitán del Rena y al segundo oficial, quienes supuestamente causaron el naufragio al realizar una maniobra brusca para acortar la ruta. El barco, con bandera de Liberia, es propiedad de la empresa griega Costamare.

El ministro de Medio Ambiente neozelandés, Nick Smith, aseguró en la primera semana después del accidente que el vertido de combustible pesado es el peor desastre medioambiental marítimo que ha sufrido el país.

Sin embargo, las 350 toneladas derramadas por el Rena no son nada comparadas con las 67.000 toneladas de crudo que vertió en las costas gallegas el petrolero Prestige, de cuyo accidente se cumplieron ayer precisamente nueve años.

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