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La píldora antiedad es aún una quimera

Un compuesto del vino se vende en Internet como milagroso

NUÑO DOMÍNGUEZ

¿Existe la píldora para alargar la vida? Si se pregunta a los científicos, no. Pero en Internet y los herbolarios hay un nuevo favorito: el resveratrol.

Desde 2003, un equipo de la Universidad de Harvard (EEUU) liderado por David Sinclair ha demostrado que este compuesto natural que contiene el vino alarga la vida de hongos, moscas y ratones. Alentado por los resultados, Sinclair creó una empresa que desarrolla tratamientos contra dolencias asociadas al envejecimiento. El único problema es que, hasta ahora, no se ha confirmado que el resveratrol alargue la vida de una persona, ni que sea inofensivo.

Esto no detiene a multitud de empresas que ya venden suplementos dietéticos con resveratrol como 'milagro antiedad'. Algunas incluso faltan a la verdad. 'Muchos estudios han demostrado que el resveratrol es un potente antioxidante que protege la salud humana', dice la web de Smart, uno de los suplementos que se pueden comprar en Internet. También comentan los productores que 'la Organización Mundial para la Salud [sic]' dice que el compuesto 'reduce un 40% el riesgo cardiovascular'. Fuentes de este organismo indicaron a Público que nunca han hecho tal comentario.

'Los resultados en humanos son muy escasos y se debe tener precaución', advierte Pere Puigserver, uno de los investigadores de Harvard que ha colaborado con Sinclair. Otros expertos en el área también han alertado de que es pronto para abalanzarse sobre el producto.

Aunque aún no están del todo claros los mecanismos que ayudan al resveratrol a alargar la vida de los animales, el compuesto parece imitar la restricción calórica. En concreto, activa unas proteínas llamadas sirtuinas que reproducen los beneficios de reducir drásticamente la ingesta de calorías sin llegar a la desnutrición. La restricción calórica ha alargado la vida de muchos organismos, incluidos primates, pero no la de personas. El resveratrol también ha alargado la vida de varios animales, incluidos ratones que consumían una dieta alta en grasas.

Las malas noticias son que, para conseguir dosis equivalentes en humanos, una persona tendría que beber cientos de vasos de vino al día. Por eso Sinclair se concentra ahora en otros activadores de las sirtuinas que multiplican por 1.000 la potencia del resveratrol. Su empresa, Sirtris, está probando uno de estos compuestos en pacientes con diabetes. Su compañía la compró en 2008 el gigante farmacéutico GlaxoSmithKline.

A pesar de sus promesas, es muy posible que el compuesto nunca llegue a las farmacias. 'Ningún medicamento puede ser vendido como un tratamiento contra la vejez', reconoce Sinclair. Además, se trata de una molécula compleja que, si bien podría ser beneficiosa para prevenir enfermedades del corazón, también podría potenciar el cáncer, advierte Puigserver.

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