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La preocupante invasión de serpientes pitón en Florida se agrava

Decenas de miles de ejemplares de la especie asiática amenazan la fauna de las zonas húmedas y entran en conflicto con las poblaciones cercanas.

Ejemplar de serpiente pitón de Birmania.- FLORIDA AQUARIUM

malen ruiz de elvira

Desde el 1 de abril de este año ciudadanos pagados por el Estado de Florida están capturando serpientes pitón, que pueden superar los seis metros de longitud, en las zonas húmedas del sur. Se les permite utilizar armas de fuego y ganan 8 dólares a la hora, más 50 dólares por cada serpiente y otras cantidades adicionales según la longitud del ofidio y si está o no guardando un nido cuando es capturado.

Se trata de un intento más de encarar un problema que cada año se agrava, ya que se estima que decenas de miles de pitones de Birmania, una especie de origen asiático, viven actualmente en el Parque Macional de Everglades y las zonas limítrofes.

Las serpientes (Python bivittatus) se han adaptado y reproducido tan bien que ya están en lo alto de la cadena alimentaria o trófica, son el depredador mayor de todos y acaparan los mamíferos medianos y grandes de los que se alimentan los depredadores autóctonos nativa, como son los caimanes, pumas o linces.

Están cambiando el ecosistema, tanto que el Acuario de Florida, en Tampa, muestra desde 2013 un par de pitones en el hábitat de marismas. Son no venenosas, cazan por asfixia y se han documentado muy pocos enfrentamientos directos con los caimanes adultos, lo que no excluye que destruyan sus huevos y sus crías.

Ahora las pitones son percibidas cada vez más como una amenaza por las personas que en número creciente viven en las cercanías, dado el urbanismo salvaje imperante en ese Estado, cuya población aumenta cada año. Se ha demostrado que las enormes serpientes comen gatos domésticos, por ejemplo, y los ciudadanos se muestran preocupados por la seguridad de sus mascotas, pero también por la de sus hijos pequeños.

Captura de una pitón por guardias forestales en los Everglades .-FLORIDA FISH AND WILDLIFE CONSERVATION COMMISSION

Captura de una pitón por guardias forestales en los Everglades .-FLORIDA FISH AND WILDLIFE CONSERVATION COMMISSION

En este aspecto el riesgo se considera mayor que el que representan los caimanes en zonas con canales y lagos, que son prácticamente todas en el sur. Muy recientemente, se han detectado por primera vez con seguridad crías de pitón en las aguas de Cayo Largo, el mayor de la cadena de islotes que llegan casi hasta Cuba y que están totalmente urbanizados. Eso significa que son capaces de reproducirse y vivir en zonas de agua salada.

El origen de las pitones está en la suelta de ejemplares que ciudadanos de Florida tenían como mascotas, dicen los expertos que estudian esta catástrofe medioambiental. El problema se agravó al parecer debido a la destrucción por el huracán Andrews en 1992 de almacenes en las proximidades de Miami que contenían pitones importadas para su venta como mascotas.

A partir de ahí empezaron a detectarse cada vez más frecuentemente y ahora se han convertido en un problema de difícil solución que ya está comprobado que está mermando las poblaciones de mamíferos como conejos, zorros, roedores y mapaches, además de numerosas aves.

El Gobierno Federal de Estados Unidos prohibió tajantemente en 2012 la importación de tres especies de pitón y una de anaconda y la lista se amplió a otras cuatro especies similares en 2015. La medida ha sido denunciada en los tribunales por el lobby de importadores y criadores, que ve peligrar su importante negocio, dada la afición de los estadounidenses a tener mascotas exóticas y peligrosas.

Los criadores acaban de conseguir que se autorice el transporte interno de estas especies, también prohibido entonces. Por su parte, el Estado de Florida ha ido más allá y ha prohibido tenerlas en casa como mascotas, medida que se mantiene.

Los esfuerzos para controlar la ingente población de pitones en las marismas del sur de Florida, que algunos cifran en 150.000 ejemplares, son variados y se encargan de ellos instituciones tanto estatales como federales. Además de las prohibiciones, los permisos de caza controlada con armas de fuego, los premios y concursos por capturarlas, se han instalado radiotransmisores en algunas serpientes para conocer sus desplazamientos y las zonas que prefieren para vivir y reproducirse.

También se ha estudiado lo que comen. En una pitón de 4,3 metros capturada se encontraron restos de nada menos que tres venados de cola blanca, una especie que estaba fuera del alcance de las pequeñas serpientes autóctonas de la zona. Las instituciones llevan años pidiendo a los ciudadanos que comuniquen cualquier avistamiento de esta y otras especies invasoras y existen aplicaciones para móvil que permiten fotografiar los ejemplares y comunicar la información y situación exacta fácilmente.

Los Everglades, que comprenden 6.000 kilómetros cuadrados, tienen muchas otras especies exóticas y numerosos problemas medioambientales, pero el de las pitones es el más importante, seguido por el que representan unas iguanas, otra especie invasora.

La estrategia a seguir para la protección de esta enorme zona pantanosa se encuentra continuamente en discusión, como se refleja en las campañas políticas estatales, en las que siempre aparece. Todo el dinero y los esfuerzos que se dedican a conservarlos pueden dar resultados muy distintos de los deseados si no se controlan las especies invasoras. La presión urbanística en Florida está entrando también en conflicto con especies que no son invasoras, como los osos.

Tras conseguir la recuperación de la especie autóctona de oso negro cuando solo quedaban unos 300 ejemplares hace 40 años, las quejas por encontronazos y daños con estos animales llevaron a permitir batidas en 2015, las primeras en 21 años.

Se saldaron con más de 300 ejemplares muertos en solo dos días, de los 4.000 que estima habitan siete zonas de Florida. Hasta 2012 la especie estaba protegida pero lo que ha aumentado no es tanto el número de ejemplares como la presión humana de los nuevos suburbios sobre su hábitat. Hace unos días, se volvió a plantear la autorización de batidas, que se han pospuesto mientras se elabora un nuevo plan de manejo de la especie que las contemple.

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