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El pueblo que se rebeló contra el acoso en la Red

Una pequeña localidad en Missouri (EEUU) aprueba una ley que tipifica el hostigamiento en Internet como un delito.

ISABEL PIQUER

Dardenne Prairie, una localidad de los alrededores de St Louis, Missouri, tomó la semana pasada una medida sin precedentes: criminalizar el acoso por Internet y convertirlo en un delito menor, que puede ser castigado con una pena de 90 días de cárcel y una multa de 500 dólares.

Este pueblecito de 7.000 habitantes nunca hubiera tomado cartas en un asunto tan complicado de no ser por la muerte de Megan Meier, una adolescente de 13 años que se quitó la vida tras recibir un mensaje cruel por Internet.

La historia tiene muchas vueltas e ilustra el desamparo de unos padres desesperados y la ineficacia del sistema penal en los casos de cyber-bullying o ciberacoso.

Megan, una chica con un historial de depresiones, se colgó en el armario de su casa el 16 de octubre de 2006 poco después de recibir un correo electrónico de otro joven, Josh Evans, su interlocutor habitual en MySpace, en el que básicamente le decía que su amistad había terminado y que el mundo estaría mejor sin ella: 'No sé si quiero seguir siendo amigo tuyo, me dicen que no eres una buena persona'.

La madre de una amiga

El drama tomó proporciones aún más dramáticas cuando los padres se enteraron de que Josh era, en realidad, una vecina, la madre de una amiga del colegio, que quería enterarse de lo que Megan iba diciendo de su hija.
Dardenne Prairie, una localidad sin historias, nunca había vivido algo semejante. Los padres de Megan esperaban que las autoridades reaccionaran, pero al no haber leyes que penalicen el acoso por internet, no pasó nada y el ambiente se fue envenenando.

Cuando el periódico local sacó la noticia, sin publicar el nombre de los sospechosos, el vecindario estalló. Sus fotos, direcciones y teléfonos salieron inmediatamente publicados en Internet con frases amenazantes en algo muy parecido a un linchamiento cibernético.

Los padres de Megan, Tina y Ron, salieron en televisión a denunciar el caso. 'No sabía qué hacer. Quería llamar a la policía, pero ¿cómo puedo saber si una cuenta en MySpace es real o no? No hay manera. Me gustaría que hubiera algún tipo de ley. Los niños pueden pretender ser cualquier persona en Internet y no entienden los riesgos'.

Finalmente, después de un año de drama y tensión, Dardenne Prairie aprobó por unanimidad el pasado día 21 una ley que sólo puede aplicarse en su localidad. Las cuatro páginas definen el término de ciberacoso como un acto que pueda causar 'una gran angustia emocional', e ilegalizan cualquier contacto por Internet entre un adulto y un menor que 'pueda poner en peligro su bienestar'.

Los padres de Megan esperan ahora que la legislación llegue al nivel estatal y federal. No es fácil. Hace un mes, el fiscal de Nueva York, Andrew Cuomo, consiguió que Facebook mejorara sus medidas de control y seguridad contra el acceso de eventuales pedófilos a esta popular página. En el caso de Megan se conocía la identidad del agresor pero, la mayoría de las veces, es complicado saber quién se esconde detrás del ordenador.

 

Reflejo del mundo en el que vivimos

En los últimos tiempos han proliferado los casos de acoso a través de Internet, lo que ha llevado en ocasiones a culpabilizar el medio en el que tienen lugar. Según el catedrático de Psicología Industrial de la Universidad Complutense José María Prieto, Internet es sólo un entorno de intercambio y, como tal, no se puede apuntar al medio como causa del problema.

La asociación española Protégeles recoge en su página web una serie de recomendaciones que deben tenerse en cuenta para navegar con seguridad, como no facilitar datos personales y recordar que la gente que navega en la Red no siempre es lo que parece. También se facilita una dirección de correo en la que se puede pedir consejo: contacto@protegeles.com 

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